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'Philomena', la película que debería ver el Papa

Begoña Piña

Las siniestras monjas irlandesas de las lavanderías de las Magdalenas (de las Hermanas de la Misericordia) abusaron, explotaron y maltrataron a unas 10.000 mujeres entre 1922 y 1996. Víctimas de la crueldad de las religiosas, estas jóvenes que sufrieron maltratos físicos y psíquicos, vieron, además, cómo les robaban a sus bebés. Peter Mullan contó al mundo esta historia en 2002, en su película Las Hermanas de la Magdalena (ganadora en Venecia y en los BAFTA). Ahora, otro grande del cine anglosajón, Stephen Frears, vuelve sobre esta tragedia, con Philomena, un relato inspirado en una historia real, la de Philomena Lee. Aspirante a cuatro Oscar -Película, Guion Adaptado, Actriz y Banda sonora-, la película ganó el premio al guion en Venecia y en los BAFTA.

Una maravillosa Judi Dench se mete en la piel de esta Philomena Lee, una trabajadora que estuvo cincuenta años buscando al hijo que le arrebataron aquellas monjas en su juventud. El periodista Martin Sixmith, que había sido director de comunicación del gobierno de Toni Blair, salió escaldado de su experiencia política y se convirtió, por casualidad, en el cómplice perfecto de aquella mujer. Un encuentro fortuito en una fiesta le permitió conocer la historia de Philomena, que comenzó a investigar casi de inmediato. Allí se inició una peculiar colaboración entre ambos, que les llevó a descubrir la historia de aquel bebé robado tantos decenios antes. El cómico y escritor Steve Coogan da vida a Sixmith, en cuyo libro se ha inspirado para firmar también el guion junto a Jeff Pope.

Emocionante y conmovedora, en algunos momentos muy divertida y brillante, Stephen Frears es capaz también de indignar justo lo necesario con su película, una obra que produce cierta envidia, no solo por el talento que encierra, sino sobre todo por sus posibles efectos. Philomena es una gran historia con la que se vuelve a demostrar que el cine es una de las mejores herramientas, de las más efectivas, para denunciar, para dar a conocer abusos y para exigir así reparaciones. De hecho, tras el éxito mundial del filme que rodó Peter Mullan sobre el mismo tema, algunas de las mujeres que habían sido denigradas en aquellas aciagas lavanderías consiguieron que su voz se escuchara mucho más alto y, finalmente, recibieran la merecida disculpa del Gobierno.

El primer ministro Enda Kenny les ha pedido perdón en nombre del 'Estado, el Gobierno y su ciudadanía'. El político conservador, que reconoció que las víctimas merecían mucho más que una disculpa formal, sentenció: 'Las lavanderías son una vergüenza para la nación. Desde cualquier punto de vista era una Irlanda cruel, despiadada, claramente carente de misericordia'. Adjetivos que, por cierto, encajarían perfectamente en España con la funesta historia de los bebés robados. Desde el franquismo y hasta mediados de los años ochenta, una red de monjas, sacerdotes y médicos se dedicó a vender bebés. Como en Irlanda, la Iglesia Católica, estaba detrás de semejante atrocidad, pero a diferencia de aquel país, aquí no hay disculpas públicas ni investigaciones oficiales...

'Philomena fue obligada a renunciar a su hijo como condición para ser liberada de la semiesclavitud a la que estaba sometida', escribe la actriz Judi Dench, en el prefacio del libro de Martin Sixmith, donde confiesa que le 'resulta increíble que esta mujer continúe creyendo firmemente en la religión, incluso después de lo que ésta le ha hecho (...) Así que me gustó que ni el libro de Martin Sixmith ni la película basada en él simplificaran las cosas ni retrataran a la Iglesia Católica bajo una implacable luz negra. El papel de la Iglesia se analiza de forma apropiada, pero se ha tenido mucho cuidado de no caricaturizar lo sucedido'.

Judi Dench, que consigue momentos de gran profundidad con su personaje, ha trabajado sobre la admiración a la auténtica Philomena Lee. 'Lo que quería, sobre todo, era que la película le hiciera justicia e hiciera justicia al libro. El de Philomena no es en absoluto un caso aislado. Innumerables madres e hijos fueron separados y muchos de ellos todavía siguen buscándose hoy en día. Es terrible y realmente impactante. Así que espero que la heroica búsqueda de Philomena y su valor al permitir que cuenten su historia proporcionen consuelo a todos aquellos que han sufrido un destino similar'.

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