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Sabina: "Ni Dylan ni yo hubiéramos pasado las pruebas de Botella"

El músico presenta 'Muy personal', un libro íntimo en el que recopila dibujos, anotaciones y textos que fueron fruto de un 'fracaso'

YERAY CALVO

'Lo bueno de dibujar o garabatear es que es como el onanismo, mejor que el sexo entre dos a estas edades, porque así no hace ninguno el ridículo', comenta entre risas Joaquín Sabina. El cantautor presenta ‘Muy personal', un libro editado por Planeta que recopila la sustancia de alrededor de 15 cuadernos íntimos del músico en el que aparecen dibujos, notas, garabatos , anotaciones de una cena entre amigos, arranques de canciones abortadas antes de nacer y otros materiales íntimos más allá del cerco de lo personal.

A Sabina siempre le ha gustado 'emborronar' papeles. Su amigo, el poeta y columnista de ‘Público' Luis García Montero dice de él que 'no sabe tener las manos quietas'. Él lo recuerda con una sonrisa y lo certifica. Tanto que duerme con un cigarro de plástico en la boca. Siempre tiene que tener algo en las manos o la boca, amplía. Fruto de esa necesidad vital y de su 'rara responsabilidad' de mantenerse en forma para las conciertos nace esta nueva faceta del andaluz. Durante sus largas giras, entre concierto y concierto, Sabina se impone no hablar, un autocastigo con el objetivo de cuidar su voz para sus espectáculos. Es precisamente esas horas muertas de hotel y parones soporíferos los que ha aprovechado para realizar el grueso del libro.

'Se trata de algo así como fragmentos de un diario. No soy muy sistemático a la hora de escribir, por eso no hago prosa', explica el autor. La idea inicial, no obstante, era muy diferente. Sabina explica que este libro nace de un 'fracaso', el suyo por no poder llevar a cabo su propia autobiografía. 'Me faltó disciplina', comenta resignado como el niño que se justifica ante su profesora por no haber hecho los deberes sabiendo que ésta lo va a perdonar. Él compensaría a su ‘profesora' con este 'cajón desastre', aclara entre risas. El cantautor, elegante con americana y gafas de sol, había reclamado nada más sentarse 'una cervecita'. También lamentaba las horas tempranas de la presentación (12.00 horas) a su llegada: 'Esto no son horas', desatando la risa de los presentes. Resquicios de una vida crápula que ahora dice no llevar. 'Yo estiré como un chicle la juventud hasta los 50, tenía una foto de Keith Richards sobre la cama y pensaba que es lo que tenía que hacer, hasta que llegó el momento en el que me tenía que cuidar por respeto al público', explica.

Sabina también ha hablado en rueda de prensa sobre las pruebas de idoneidad que ha realizado el Ayuntamiento de Madrid a los músicos de la ciudad. 'Si la Botella de la época hubiera hecho estas pruebas la hubiéramos mandado a la mierda', exclama el cantante. Asegura que se hubieran negado a realizarla y que no entiende como los músicos han acudido a realizarlas 'como un rebaño'. Ante la pregunta de si pasaría las pruebas ideadas por el ayuntamiento de Botella, se muestra tajante: 'Yo no hubiera pasado el casting, ni el de OT, ni por supuesto el de La Voz', resalta entre carcajadas. 'Pero ni Leonard Cohen ni Bob Dylan la pasarían. De hecho todos los que me gustan no la pasarían', zanja.

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