Kim Schmitz, el fundador de Megaupload ya está en su mansión. A la tercera, el juez neozelandés que lleva su caso le ha concedido la libertad condicional en contra de la posición de la fiscalía y los abogados que representan a EEUU, que temían que se fugara. Además de estar vigilado las 24 horas del día y tener que llevar un brazalete electrónico, Schmitz no podrá usar internet.

Un mes después de que la policía lo detuviera a instancias de las autoridades estadounidenses en la operación en la que el FBI bloqueó el sitio de descargas, el juez Nevin Dawson considera que Schmitz no tiene motivos ni dinero para escapar de la acción de la justicia. Tras dos negativas a concederle la libertad condicional, dada ya a sus tres socios detenidos, la investigación no ha encontrado nuevas cuentas además de las que ya le han bloqueado.

'Viviría su vida como un fugitivo, estaría abandonando a su esposa embarazada y a sus tres hijos y perdería los considerables activos y cuentas bancarias que se le han incautado en varios países', respondió el juez a los intentos de la fiscal para que lo mantuviera en la cárcel. Por si acaso, Schmitz no podrá volar en helicóptero o alejarse de su casa más de 80 kilómetros. Todos sus movimientos tendrán que ser comunicados a la policía.

Tampoco podrá conectarse a internet. Aunque su abogado alegó que necesitaba comunicarse con bufetes internacionales para preparar su defensa, el juez aceptó los argumentos de la acusación de que existía el riesgo de que Schmitz reincidiera. 'Sólo quiero ir a casa y ver a mi familia', dijo Schmitz a varios medios locales a la salida del juzgado. 'Ha sido un mes así que estoy muy feliz de estar fuera', añadió. Su abogado aseguró que ahora se dedicarán a preparar su defensa. La vista sobre su extradición a EEUU podría celebrarse en agosto.

El Departamento de Justicia de EEUU y el FBI sostienen que Megaupload obtuvo más de 132 millones de euros y que habría provocado unos 402 millones de euros en pérdidas a la industria de Hollywood. Otros 37 millones habrían sido requisados por la policía.