'No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy', debió pensar este lunes José Ignacio Wert, que en su primera comparecencia ante los medios de comunicación desde la sede del antiguo Ministerio de Cultura arremetió con virulencia contra las descargas en internet. 'Ninguno de los objetivos que nos hemos planteado es compatible con la existencia de agujeros regulatorios que permitan el expolio de los creadores culturales. Vamos a actuar con decisión contra quienes se lucran indebidamente del trabajo de otros', adelantó el ministro de Educación, Cultura y Deporte.

No parece esta la mejor manera de 'enfriar la patata caliente' de la ley Sinde, como señaló la pasada semana tras su nombramiento. Sobre todo, porque Wert se apropió del discurso del lobby de la industria cultural y del entretenimiento, que tanto rechazo ha provocado en internet. 'Nadie va a respetar la cultura de un país que lidera el ranking de descargas ilegales', dijo.

En realidad, ni España lidera ningún ranking ni las descargas son ilegales. Los datos lo confirman. En el último informe sobre piratería, correspondiente al año 2010, de la Business Software Alliance (BSA), el lobby antipiratería de las empresas de software, España no se encontraba entre los 30 países con mayor piratería informática. Y no es que se trate de países subdesarrollados: Italia, sin ir más lejos, está por delante. En el terreno musical, la International Intellectual Property Alliance (IIPA, otro lobby antipiratería) sitúa a España en su último estudio entre los países con un mayor problema de piratería, pero restringiendo sus datos exclusivamente al ámbito europeo.

Las descargas tampoco son 'ilegales', como las consideró el nuevo ministro de Educación y Cultura. La mayoría de sentencias de los juzgados españoles ha dictaminado, desde hace años, que compartir obras en la red no es delito. Ni siquiera las famosas páginas de enlaces que tienen ánimo de lucro han sido condenadas en la mayoría de procesos, al entenderse que un enlace no vulnera la propiedad intelectual ya que no se considera comunicación pública. A Wert no parecieron importarle todos estos precedentes judiciales y, lejos de apaciguarse, lanzó una advertencia: 'Muy pronto habrá novedades al respecto. Lo vamos a hacer y nadie nos va a arredrar para hacerlo'.

Las palabras de Wert provocaron una inmediata reacción de protesta en las redes sociales, cuya actividad ha sido decisiva para que la ley Sinde no fuera aprobada por el Gobierno socialista. Sin embargo, tras el anuncio de 'novedades' del ministro Wert y dado que su secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, defiende la norma antidescargas (fue el negociador del PP, junto a Soraya Sáenz de Santamaría, para sacar la ley del atolladero en el Congreso en diciembre de 2010), es posible que la ley Sinde no esté tan enterrada como se piensa y que pueda ser recuperada por el PP.

Wert hizo pública su posición sobre las descargas en la toma de posesión de Lassalle como secretario de Estado de Cultura. Este último enumeró las tres actitudes que guiarán su labor: 'Responsabilidad, diálogo y sensatez'.