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Las amistades peligrosas de Harlan Coben

El autor presenta 'Alta tensión', Premio Internacional de Novela Negra RBA

LIDIA PENELO

Harlan Coben (New Jersey, 1962) tiene arte colocando anzuelos. Lo más importante para él es que el lector crea que puede dedicar 15 minutos a un libro y le den las cinco de la mañana pasando páginas. Otra cosa fundamental para este escritor es encontrar un final con una fuerte carga emocional. 'Cuando empiezo un libro sé el inicio y el final pero no imagino todo lo que va a unir esos dos puntos', cuenta sentado en un sillón de su piso de Manhattan, situado en una calle cercana al Central Park y al mítico Dakota. Coben no juega a la falsa modestia, la vida le ha tratado bien y no esconde su satisfacción.

Las paredes del apartamento muestran las distinciones que ha merecido, y una de las más recientes ha sido ganar el Premio Internacional de Novela Negra RBA con Alta tensión, la última entrega de la serie protagonizada por Myron Bolitar, un representante de deportistas con gran facilidad para meterse en líos. 'Myron juega al baloncesto mejor que yo y es un amigo más leal, pero yo bailo mejor y soy más inteligente con las mujeres. Entre nosotros hay tensión, porque él tiene cosas que yo deseo y viceversa. Pero con los años ha pasado de ser un álter ego a convertirse en un amigo', cuenta este escritor que, desde que creó a Bolitar, ha vendido más de 47 millones de libros en todo el mundo.

La frase con que arranca Alta tensión brinda algunas pistas del torbellino que se avecina: 'La más fea de las verdades, le dijo una vez un amigo a Myron, es mejor que la más bonita de las mentiras'. En esta ocasión, Bolitar se enfrenta a secretos que le tocan muy de cerca. 'A veces, un deseo puede provocar una onda expansiva y causar devastación. Me encanta hablar de las cosas que uno entierra en el pasado e intento reflejar los vínculos que unen a las personas', cuenta el autor.

Coben no para de perfeccionar sus anzuelos; uno de ellos consiste en eliminar las escenas de transición: 'Cada palabra cuenta y siempre me pregunto si lo que cuento fascina o no. Con el mundo dominado por internet es más difícil captar la atención y escribir cómo Myron cerró la puerta y bajó las escaleras no tiene sentido'. Precisamente, es un comentario de Facebook lo que empuja la trama de Alta tensión. El autor tiene miles de fans en las redes sociales, pero ¿qué relación tiene con ellas? 'De amor y odio. Las uso para seguir en contacto con la realidad, pero no tengo necesidad de acercarme tanto a los lectores. Busco un equilibrio'.

A Coben la documentación no le quita el sueño. Uno de los escenarios de su novela es un club nocturno de Nueva York, aunque 'hace 20 años que no piso una discoteca. No hago mucha investigación de este tipo porque prefiero dedicar el tiempo a mejorar la historia'. Descubrió que inventar le fascina tras leer Marathon Man, de William Goldman, que su padre le regaló a los 15 años, pero 'el gusanillo de la escritura' no se apoderó de él hasta una década después. Le ocurrió en España, trabajando de guía turístico en la Costa del Sol: 'Me puse a escribir observando los modales de los americanos de vacaciones. ¡Estoy muy agradecido al hotel Pez Espada de Torremolinos!'.

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