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La resistencia de Camus persiste 50 años después

Francia vive un aluvión de homenajes tras medio siglo de la muerte del pensador

ANDRÉS PÉREZ

Una auténtica pirámide de libros recién publicados y una larga serie de emisiones especiales de las televisiones públicas francesas saludarán hoy el 50 aniversario de la muerte de Albert Camus, el escritor, filósofo y periodista que más agitó el pensamiento de este país en la segunda mitad del siglo XX.

Camus dejó el recuerdo de un hombre extremadamente lúcido en los momentos más críticos de Francia, como la ocupación nazi y la guerra de Argelia. Y, a juzgar por lo ocurrido en las últimas semanas, sigue siendo una piedra en el zapato de todos aquéllos que intentan instrumentalizarlo. Las celebraciones que tendrán lugar a lo largo de enero llegan marcadas por la polémica desatada por Nicolas Sarkozy que recientemente quiso entronizar al escritor llevando su sepultura al Panteón de París.

Entre los libros publicados para conmemorar al escritor, destacan Camus, el intocable, de Jean-Luc Moreau, una obra que se esfuerza por demostrar que el autor de El extranjero nunca fue el pensador consensual y sagrado que Sarkozy quisiera honorar. Al contrario: siempre estuvo en el centro de virulentos ataques entre otros, los de Sartre precisamente por su capacidad para poner el dedo en la llaga.

Camus dejó el recuerdo de un hombre extremadamente lúcido

Lo hizo, como resistente, durante la ocupación nazi, mientras Sartre seguía tomándose sus cafés en París sin mayores remilgos y con una muy tibia y breve participación en una red secreta para poder tener algún galón. Lo hizo también como amigo de los revolucionarios argelinos durante la crisis colonial francesa de finales de los cincuenta y principios de los sesenta.

También merece atención el ensayo biográfico Albert Camus, solitario y solidario, escrito por su hija, Catherine Camus, Los últimos días de Albert Camus, de José Lenzini (sobre las jornadas que precedieron la muerte del autor a bordo de un coche con el que viajaba a París), y Camus, hijo de Argel, sobre su infancia de chaval pobre en su ciudad natal.

El 19 de noviembre, Nicolas Sarkozy anunció su intención de llevar los restos mortales del escritor a la cripta del templo republicano del Panteón de París, donde reposan Voltaire, Rousseau y Emile Zola, y muchas otras personalidades de las letras, la libertad y el pensamiento franceses.

'Mucha gente habla de Camus sin haberlo leído'

La perspectiva de ver al presidente conservador escudándose en la figura del escritor que ayudó a la liberación de los argelinos y condenó en caliente las bombas de Hiroshima y Nagasaki, suscitó una salva de advertencias del mundo de las letras y la filosofía.

El más tajante de los opositores fue el filósofo Michel Onfray, buen conocedor de la obra del genio. 'Mucha gente habla de Camus sin haberlo leído', explicó. 'Cuando Bush o Sarkozy lo citan, es fácil ver que obedecen a algún gabinete de comunicación, porque él era un libertario irrecuperable, que golpeaba tanto a la derecha como a la izquierda, y batallaba para buscar una justicia social concreta, no una idea abstracta'. Poco después un hijo del escritor, Jean, manifestó su oposición frontal. Desde entonces, Sarkozy no ha vuelto sobre sus intenciones, aunque se ignora si sigue manteniendo su proyecto.

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