Este artículo se publicó hace 8 años.
Un yacimiento de Cuenca desvela el eslabón perdido de los cocodrilos
El Agaresuchus fontisensis vivió en la península ibérica hace algo más de 70 millones de años y forma parte del grupo de parientes más cercanos al antecesor de los cocodrilos actuales.
Sinc
La revista Cretaceous Research acaba de anunciar la publicación de un artículo en el que se describe un nuevo cocodrilo del Cretácico Superior europeo. Este cocodrilo, al que se ha denominado Agaresuchus fontisensis, se ha definido a partir del análisis de un conjunto de restos procedentes del Cretácico Superior del yacimiento de Lo Hueco, localizado en Fuentes, Cuenca. Los restos se extrajeron en 2007, en una macroexcavación que se realizó asociada a las obras de instalación del AVE a su paso por Fuentes y en las que se recogieron miles de restos de dinosaurios, tortugas y cocodrilos que se encuentran en distintas fases de estudio.
Agaresuchus y Lohuecosuchus, los dos cocodrilos conocidos en Lo Hueco, han permitido identificar un nuevo grupo de estos animales, que se ha denominado "alodaposúquidos" y que contiene las formas más cercanamente emparentadas con el antecesor común de los cocodrilos que han llegado hasta nuestros días.
El análisis de los cocodrilos de Lo Hueco ha permitido incrementar el conocimiento sobre los alodaposúquidos y proponer la distribución de sus representantes en España, Francia y Rumania, a la vez que nos muestra los primeros pasos de los grupos de cocodrilos que han llegado a la actualidad.
Alodaposúquidos contiene las formas más cercanamente emparentadas con el antecesor común de los cocodrilos
Durante el Cretácico Superior, Europa estaba constituida como un archipiélago de islas, en un ambiente subtropical y en las que eran abundantes los cocodrilos. Agaresuchus y Lohuecosuchus son los habitantes mejor conocidos de una gran isla formada por la mitad norte de España y el sur de Francia y que conocemos como Iberoarmórica. Se ha reconocido la presencia de estos dos cocodrilos en yacimientos del pirineo oscense y del sur de Francia, así como de otros alodaposúquidos por toda Europa.
El análisis de Agaresuchus está ayudando a reconocer que las faunas de reptiles del oeste de Europa presentan grandes diferencias con las faunas de las islas más orientales a finales del Cretácico, algo que ya se había reconocido en algunos grupos de dinosaurios.
La caracterización de estas dos especies de alodaposúquidos en Lo Hueco certifica la importancia de este yacimiento conquense a la hora de abordar el estudio de los ecosistemas de finales del Cretácico, como ya ha ocurrido en el análisis de otros grupos de organismos, como tortugas o dinosaurios. En este momento, las líneas de investigación en el yacimiento continúan intentando mostrar la composición de faunas de la isla iberoarmoricana y la estructura de sus ecosistemas a finales del Cretácico.
En el artículo, de próxima publicación, han participado los investigadores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED Iván Narváez, Fernando Escaso, Adán Pérez-García y Francisco Ortega, junto a Christopher A. Brochu, de la Universidad de Iowa (EEUU) analizando material inédito depositado en el Museo Paleontológico Regional de Castilla-la Mancha en Cuenca.
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