Este artículo se publicó hace 8 años.
Bolitas de plástico en los geles y otros ejemplos del peligroso bazar químico del cuarto de baño
Estados Unidos ha prohibido estos exfoliantes por contaminación marina mientras se exponen los efectos en el embarazo de sustancias comunes en productos de higiene personal.
Malen Ruiz de Elvira
-Actualizado a
MADRID.- Te exfolian, sí, pero terminan en el mar contribuyendo a la alarmante contaminación por plásticos. Son las diminutas bolitas de plástico que aparecieron sin avisar en geles y cremas exfoliantes, pastas de dientes y otros productos cosméticos y de higiene personal. Los datos indican que pasan los filtros de las depuradoras, contaminan lagos, ríos y mares, donde absorben toxinas de pesticidas y otros contaminantes, y los ingieren aves, peces y otros animales que pueden terminar en nuestros platos.
Es un ejemplo de los componentes alarmantes del bazar químico que todos tenemos en el cuarto de baño. Otro ejemplo son sustancias utilizadas como antibacterianos y conservantes en estos productos sobre los que se acumulan indicios de sus efectos nocivos sobre la salud reproductiva humana. Una amenaza más oculta durante el embarazo que el virus del Zika pero mucho más generalizada.
En el caso de las bolitas plásticas, en el Reino Unido, una campaña masiva de firmas ha conseguido que el Gobierno se plantee prohibir ya unilateralmente, sin esperar a la Unión Europea, este uso difícilmente justificable del plástico, cuando existen además alternativas biodegradables que siguen utilizando algunos fabricantes.
En Estados Unidos, el presidente Barack Obama firmó al final de 2015 una ley que prohíbe la fabricación de micropartículas sólidas de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro a partir de 2017. Otros países, como Canadá, también las han prohibido ya parcial o totalmente. Mientras, en Europa, la cosa va más despacio, aunque gigantes del sector como L´Oreal y Unilever han anunciado que las harán desaparecer paulatinamente de sus productos.
Sin embargo, el plazo para su desaparición puede ser largo todavía. Cosmetics Europe, la asociación del sector, recomendó a sus miembros en octubre pasado que se dejen de utilizar a pesar de que constituyen solo una pequeña parte de la contaminación marina, pero sugiere el plazo de 2020.
Cualquier ciudadano se pregunta ante un caso así, tan claro, de uso inadecuado de un material, si no han fallado los controles previos. La conclusión es que la autorregulación del sector cuando se trata de evaluar el impacto ambiental no funciona. Greenpeace, que lidera una campaña mundial contra las micropartículas, denuncia que se utiliza el plástico porque la exfoliación es más suave que con partículas de hueso de albaricoque, por ejemplo, lo que lleva a un uso más frecuente y, por consiguiente, un mayor consumo de los productos.
Si se quiere evitar comprar estos productos hay que verificar que en la etiqueta no venga el componente polietileno, y también se está poniendo en marcha una etiqueta de cero contenido en plástico para que los consumidores puedan conocer lo que adquieren.
Una repercusión más directa sobre la salud humana es la de algunos componentes no básicos de jabones, cremas, desodorantes y otros productos de uso corriente
Una repercusión más directa sobre la salud humana es la de algunos componentes no básicos de jabones, cremas, desodorantes y otros productos de uso corriente, que llevan años en el ojo del huracán, casi siempre sobre la base de estudios en animales.
Ahora, un análisis de embarazadas en Estados Unidos ha comprobado que un mayor uso de cosméticos y productos de higiene personal se asocia a recién nacidos con menor peso y altura, y un mayor riesgo de nacimientos prematuros. Se midieron los niveles en las embarazadas de sustancias sospechosas de ser perturbadores hormonales (que interfieren en la salud reproductiva y de desarrollo) como los antibacterianos triclocarbán y triclosán, así como varios parabenos, utilizados como conservantes bactericidas y fungicidas.
Se comprobó la asociación entre niveles más altos de estos y mayores efectos adversos en el desarrollo del feto. Los resultados del análisis, de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) se publican en la revista Emerging Contaminants, aunque sus autores reconocen que son necesarios estudios más grandes para confirmar estos indicios.
Al contrario que en el caso anterior, Europa va por delante de Estados Unidos en la aplicación del principio de precaución. Por lo pronto, no está claro que sea más efectivo para prevenir infecciones un jabón con un antibacteriano que el jabón normal. Ya están prohibidos en productos de higiene personal algunos parabenos (aunque solo uno de los cinco medidos en este estudio, los demás son considerados seguros), así como el triclosán, que deberá dejar de utilizarse el año que viene. Estas prohibiciones, curiosamente, no son recogidas todavía en la Wikipedia.
Otro estudio reciente, este realizado en España, es el primero en el mundo que encuentra que los parabenos y los filtros solares se acumulan en la placenta de las embarazadas
Otro estudio reciente, este realizado en España, es el primero en el mundo que encuentra que los parabenos y los filtros solares se acumulan en la placenta de las embarazadas. Los científicos del CSIC y el Hospital de San Juan de Dios de Barcelona señalan en la revista Environment International que de los 10 compuestos analizados más de cuatro han sido hallados en todas las placentas y hasta siete de ellos en una misma muestra.
La presencia de estos compuestos, explica Silvia Díaz Cruz, que ha dirigido el estudio, “es preocupante ya que durante el embarazo cualquier alteración hormonal puede ser altamente nociva tanto para la madre como para el desarrollo del feto”. Sin embargo, todavía no existen datos suficientes para fijar niveles de riesgo, por lo que no se sabe si las concentraciones halladas en las placentas tienen consecuencias sobre el feto primero y sobre el niño después.
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