LONDRES.- El dirigible Airlander 10, la aeronave más grande del mundo, se ha estrellado en el aeródromo de Befordshire (centro de Inglaterra) en su segundo vuelo de prueba, sin que se hayan registrado heridos.

El aparato, más grande que seis autobuses de dos pisos (mide de 92 metros de largo, 43,5 de envergadura y 26 de altura), sufrió daños en la cabina tras perder la estabilidad.

Según la empresa fabricante del Airlander 10, Hybrid Air Vehicles, el aparato experimentó un "aterrizaje violento" que provocó que la parte delantera de la cabina de vuelo sufriera algunos daños que se están evaluando. Antes, "realizó su segundo vuelo de prueba y voló durante 100 minutos, completando todas las tareas que se habían preestablecido".

Los operarios de Hybrid Air Vehicles Workers examinan los daños de la aeronave Airlander 10 tras chocar contra el suelo en su segundo vuelo de prueba. REUTERS/Darren Staples

"Los dos pilotos y la tripulación se encuentran a salvo y en buen estado. En los próximos días llevaremos a cabo una investigación para conocer las causas del accidente, al tiempo que seguiremos desarrollando el Airlander 10", reza el comunicado de la compañía.

El aparato fue sujeto a sus amarres en tierra con normalidad. Un vídeo con imágenes de la propia compañía fabricante ha sido divulgado en Youtube.

Hybrid Air Vehicles ha negado en su cuenta de Twitter informaciones de la BBC de que el aparato había chocado con un cable telefónico.

El aparato, que pesa 20.000 kilos y ha tenido un coste de 25 millones de libras (29,3 millones de euros/32,9 millones de dólares), realizó con éxito su primer vuelo de prueba la pasada semana.

Una vez se realicen las pruebas pertinentes, la compañía Hybrid Air Vehicles espera que el Airlander 10, con 38.000 metros cúbicos de helio en su interior, pueda permanecer en el aire durante dos semanas y se emplee para transporte, ocio, vigilancia o comunicaciones. Los planes de Hybrid Air Vehicles contemplan la construcción de 12 naves de este tipo al año en 2018.

La aeronave más grande del mundo posado sobre el suelo del aerodromo inglés de Befordshire tras su accidentado segundo vuelo de pruebas. REUTERS/Darren Staples

El Airlander puede despegar y aterrizar verticalmente lo que significa que no necesita una pista de asfalto. Se puede operar desde campos abiertos, desiertos y agua helada. El aparato, que alcanza una velocidad máxima de 148 kilómetros por hora, fue originalmente diseñado por el servicio de vigilancia del ejército de Estados Unidos.

Los dirigibles tienen una larga historia que se remonta al siglo XIX, aunque su popularidad cayó frente a la competencia de los aviones tras accidentes como el desastre del Hindenburg en 1937.