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El hombre de las mil caras vende pañuelos en un semáforo de Sevilla

EFE

El liberiano Howard Jackson lleva los cuatro últimos años de su vida haciendo de Cleopatra, emperador romano, reina de la belleza o justiciero enmascarado junto a un semáforo de Sevilla, donde vende pañuelos a los conductores que cada día lo ven acercarse a sus ventanillas con un disfraz diferente.

Jackon, nacido en 1977, compra los disfraces con lo que gana vendiendo pañuelos y ya tiene más de un centenar, entre los que prefiere los de marinero, Cleopatra y El Zorro, si bien con el que recibe mayores propinas es con el de monja, confiesa a Efe.

Con el de mosquetero, sin embargo, lo tiene más difícil a la hora de que los conductores le abran las ventanillas y decidan comprarle, bromea.

Jackson huyó de su país en guerra y desde que reside en España ha trabajado como jornalero en un campo de Jaén, recogiendo ropa o vendiendo revistas de colectivos marginales en la capital andaluza.

"Una Navidad trabajé para una asociación visitando a niños en los colegios disfrazado del rey Baltasar y desde entonces decidí que podía ganarme la vida disfrazándome y haciendo sonreír", cuenta Jackson.

Entre las anécdotas más llamativas que recuerda desde que comenzó esta actividad comenta la de una familia que paró su coche para saludarle y confesarle que habían viajado a la capital desde un pueblo cercano sólo para ver qué disfraz llevaba ese día.

Explica que elige el traje que mejor le parece cada mañana, antes de dirigirse al semáforo que se encuentra enfrente del centro comercial Plaza de Armas, aunque procura repetir lo menos posible.

"A todo el mundo le gusta y yo estoy encantado. Hasta me han invitado a fiestas para que actúe", manifiesta Jackson con la misma sonrisa que dedica a sus clientes potenciales.

Entre el amplio elenco de disfraces destaca los de personajes femeninos y asegura no sentir ningún reparo a la hora de vestirlos ya que "les hacen mucha gracia" a sus "amigos del semáforo".

"Al principio la gente se asustaba mucho y algunos me llamaban mariquita, pero ya se han acostumbrado a verme de hada o de geisha", señala.

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