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Caso Gabriel Lo que se sabe y no se sabe sobre la muerte de Gabriel Cruz

Ana Julia Quezada, la actual pareja del padre del niño, confiesa que mató al pequeño de un golpe con un hacha durante una discusión y que luego lo asfixió. Los principales focos de la investigación se centran en cómo falleció el menor, si la única detenida actuó sola y dónde ocultó su ropa y el cuerpo.

Retrato del niño Gabriel Cruz colocado en el patio de la diputacion de Almería, donde hoy se ha convocado un pleno extraordinario para declarar tres días de luto por su muerte. EFE/Carlos Barba

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Después de 12 días de búsqueda exhaustiva por parte de la Guardia Civil y de decenas de vecinos voluntarios, agentes del Instituto Armado hallaban el pasado domingo el cuerpo sin vida de Gabriel Cruz, el niño de ocho años que desapareció el 27 de febrero en la localidad de Las Hortichuelas (Almería). La principal sospechosa del crimen, Ana Julia Quezada, ha confesado este martes que mató al pequeño de un golpe con un hacha durante una discusión y que luego lo asfixió.

El cadáver del menor estaba en el maletero del coche que conducía la actual pareja del padre del niño, Ángel Cruz. Los agentes la detuvieron cuando trasportaba el cuerpo de Gabriel después de sacarlo ella misma de un pozo ubicado en una finca de los padres de su pareja, a uno cinco kilómetros de Las Hortichuelas.

Los investigadores habían reforzado la vigilancia sobre Quezada en los últimos días y fueron testigos de cómo la mujer condujo hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de Gabriel, lo sacaba del pozo y lo introducía en el maletero de su coche.

Un dispositivo policial siguió los pasos de Quezada, quien transportó el cadáver del menor desde la finca hasta la localidad de Vícar, donde fue arrestada antes de entrar en el garaje de la vivienda donde reside con su pareja. Durante su detención, cuando los agentes confirmaron que el cuerpo del niño estaba en el maletero del vehículo, Quezada  gritó: "¡No he sido yo! Yo he cogido el coche esta mañana".

Ana Julia Quezada, la autora del crimen

Fotografía de Archivo de la detenida, Ana Julia Quezada, única sospechosa de la muerte del menor Gabriel Cruz.- EFE

Fotografía de Archivo de la detenida, Ana Julia Quezada, única sospechosa de la muerte del menor Gabriel Cruz.- EFE

Ana Julia Quezada, única sospechosa del crimen hasta el momento, se ha derrumbado en el interrogatorio que se ha llevado a cabo este martes ante especialistas de la Guardia Civil y ha confesado que mató al niño de un golpe con la parte roma de un hacha durante una discusión y que luego lo asfixió, informan a Efe fuentes de la investigación.

La Guardia Civil consideraba a Ana Julia Quezada la principal sospechosa del asesinato del niño. Ya lo hacía antes de presenciar y documentar el intento de traslado del cadáver. La mujer fue una de la últimas personas que vio con vida a Gabriel el día de su desaparición, cuando el niño abandonó el domicilio de su abuela, en Las Hortichuelas, para ir a casa de unos familiares, a escasos 200 metros. La detenida y la abuela de Gabriel estaban con el menor en la casa antes de que el niño saliera.

Durante las primeras investigaciones y tomas de declaración, Quezada alegó que había extraviado su teléfono móvil, aunque después reconoció que lo recuperó para volver a perderlo días después. Una circunstancia que puso en alerta a los agentes.

Gabriel murió estrangulado el día de su desaparición

Alrededor de las 14.00 horas de este lunes, fuentes de la investigación revelaban que el pequeño murió estrangulado pocas horas después de su desaparición. Los resultados preliminares de la autopsia indican que el niño murió por asfixia y que el cadáver presentaba varios golpes, entre ellos, uno en la cabeza, lo que indicaría que se trata de una muerte violenta. No obstante, hay que esperar al informe completo de la autopsia para determinar todos los detalles.

El juez prohíbe la incineración del cuerpo del niño

Fuentes del Tribunal Superior de Justica de Andalucía (TSJA) han confirmado a Europa Press que el magistrado instructor del caso ha prohibido la incineración del cuerpo de Gabriel Cruz, al que se ha dado sepultura este martes, y solo ha autorizado el entierro del menor ante la posibilidad de que puedan practicarse nuevas pruebas o se solicite una segunda autopsia.

Último adiós

El funeral de Gabriel Cruz ha tenido lugar en la Catedral de Almería con una gran presencia de sus vecinos. Patricia Ramírez y Ángel Cruz han pedido "intimidad" para dar sepultura al pequeño en el cementerio de Fernán Pérez, en Níjar (Almería), y han invitado a que "todo el mundo ponga hoy en su nombre" la canción de Rozalén, Girasoles, uno de los "últimos temas que bailamos juntos", ha declarado la madre de Gabriel.

El hallazgo de la camiseta de Gabriel, clave

Fuentes de la investigación sostienen que uno de los detonantes para que se estrechara el cerco sobre la detenida fue el hallazgo de una camiseta de Gabriel. La prenda apareció cuatro días después de su desaparición junto a una depuradora a unos cuatro kilómetros de Las Hortichuelas. Se trataba de la primera pista concreta sobre el niño y la encontró la detenida cuando recorría la zona junto al padre de Gabriel.

Los investigadores encontraron extraño que fuera precisamente ella quien hallara la camiseta del niño en una zona que ya había sido rastreada por profesionales en repetidas ocasiones. También sembró sospechas sobre ella que la prenda apenas estuviera mojada pese a las intensas lluvias de esos días.

¿Actuó sola?

Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, ha reconocido los hechos y que actuó en solitario, según ha explicado a los periodistas su abogada, Beatriz Gámez. "Dice que lo ha hecho sola", ha indicado en declaraciones a los periodistas tras la reconstrucción del crimen en la finca de Rodalquilar donde ocultó el cadáver del hijo de su pareja.

Asimismo, al ser interpelada sobre si fue un crimen planeado ha reiterado que no podía aclarar más, si bien ha negado con la cabeza. Asimismo, al preguntarle por si los hechos tuvieron lugar en esta finca después de que se llevase allí al niño a pintar o hacer otra actividad, ha respondido que es "lo más probable".

Por su parte, la Guardia Civil trabaja desde este martes a contrarreloj para recabar pruebas al objeto de elaborar un atestado lo más completo posible para que, junto con el informe de la autopsia, se aporten pruebas sólidas al juez que instruye la muerte del niño Gabriel Cruz. Los principales focos de la investigación, según confirman a Europa Press fuentes del caso, se centran en cómo falleció el menor, si la única detenida actuó sola y dónde ocultó su ropa y el cuerpo.

Investigan la muerte en Burgos de una hija de la detenida

Después de la detención de Quezada, los investigadores revisan con lupa el pasado de la mujer, que residió durante 20 años en Burgos tras llegar desde República Dominicana. En concreto, se repasa a fondo la investigación sobre la muerte de una de sus hijas en Burgos, cuando tenía cuatro años. 

En un principio la Policía Nacional apuntaba que la niña fue cuidada por Quezada, pero ya han confirmado que se trataba de su hija, que falleció al caer por una ventana de la vivienda en la que residían en aquella época. Entonces, el caso se cerró como una muerte accidental. Fue la pareja de Quezada en aquel momento (no era el padre de la fallecida) quien encontró el cuerpo de la menor. No se tomó declaración a la madre debido a una "fuerte excitación nerviosa". La otra de hija de Quezada, de 20 años y también residente en Burgos, fue hospitalizada este lunes por una fuerte crisis de ansiedad tras conocer las circunstancias de la detención de su madre.

La madre de Gabriel siempre sospechó de Quezada

Patricia Ramírez, madre del niño fallecido, siempre sospechó de la relación de Quezada en la desaparición de su hijo, según ha reconocido este lunes: "Tenía la esperanza de poder ablandarla y que se viniera abajo. Tenía la esperanza de que en algún momento le soltara y por eso, en cada discurso salíamos apelando a su conciencia e intentando que todo fuera de otra manera", señaló este lunes en declaraciones a la cadena Cope.

Ramírez apuntó no obstante que era algo que la familia "no tenía confirmado" y "no se podía hacer ni decir nada porque era parte de la investigación y podía perjudicar al chiquillo". "No podíamos hacer nada que pudiera hacer que mi hijo no volviera a casa", añadió.

Previamente, en declaraciones a Onda Cero recogidas, Patricia Ramírez  pidió que "no se extienda el odio", que todo este suceso "no acabe en rabia" y "que no se hable" de la mujer detenida porque "no se merece que se le de cobertura".



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