"Cómo deshacerse de los otros" sería el título en español de la película del danés Anders Roonow Klarlund, quien presenta una sátira "políticamente incorrecta" en la recta final de la XVIII Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.

Será la tercera vez que "How to get rid of the ohers" se proyecta en España, tras su paso por el Festival de Cine Político de Barcelona y el último certamen de cine fantástico y de terror de Bilbao, donde se hizo con el primer premio.

Según explicó hoy en rueda de prensa el director y guionista, la cinta está inspirada en el controvertido y "agresivo debate" sobre los residentes extranjeros y el estado social de bienestar que existe en su país, donde, recordó, "hay un gobierno de derechas".

Roonow Klarlund ofrece en la pantalla una imaginaria Dinamarca en la que una macabra Ley dicta la detención y traslado a campos de concentración de todos aquellos ciudadanos que no trabajan y cuestan dinero al Estado. Son "los otros", los desempleados, los fumadores, los alcohólicos o los discapacitados, "personajes" que ilustran el cartel anunciador de la película colgados por el cuello de una soga.

El filme, que tuvo un antecedente teatral, suscitó numerosas críticas en el país escandinavo, sobre todo por parte de "un amplio sector de la población" que "se sintió muy ofendido por el enfoque de la película", que es "contrario" al habitual, ya que pone en tela de juicio a los considerados "desfavorecidos" y en consecuencia objeto de protección social.

"En Europa hay una cierta tradición -opinó Roonow Klarlund- de ver cómo nos podemos deshacer de los que no son 'iguales', de aquellos que son de distinta raza o piensan o tiene creencias diferentes".

Esta actitud que, a su juicio, "está ahora más exacerbada" en el conjunto de la Unión Europea, se agrava, en su opinión, en los países escandinavos, cuyos ciudadanos son "de los que más impuestos pagan en todo el mundo".

"Hasta hace poco los escandinavos pagaban un 50 a 65% de sus rentas en impuestos al Estado sin preocuparse demasiado, pero desde hace algún tiempo se muestran más reticentes a continuar haciéndolo si es para mantener a los llegados de fuera".

Tras recordar que en su país al menos un millón de personas "no trabajan y viven de las pensiones", afirmó que son precisamente éstas, las perceptoras de las ayudas, "las que tienen una actitud más recalcitrante hacia los extranjeros" y a las que "ataca" su filme.

Mientras la obra de teatro gozaba de un tinte "más divertido", la versión cinematográfica es "algo más agresiva", reconoció el cineasta danés, quien consideró que el cine "es reflejo de la realidad" y por tanto "debe hacerse eco de las inquietudes de lo que ocurre en la sociedad".