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Sarkozy se mantiene firme ante la huelga y los sindicatos se dividen

La huelga afecta sobre todo a París y Lyon. En la capital, la red de Cercanías está casi paralizada, aunque la mitad de la red de metro funciona

AGENCIAS

Los franceses volvían a tener problemas para ir al trabajo el viernes al extender un día más algunos sindicatos la huelga de transportes en protesta por el plan del presidente Nicolas Sarkozy de acabar con sus privilegios en las pensiones.

Pero la división sindical supone que un tercio de los trenes nacionales e intercity estaban operativos en la red estatal de la SNCF en el segundo día de paros, al día siguiente de la paralización casi total del tráfico ferroviario en el país.

La red de Cercanías de París sí estaba muy afectada, aunque la mitad de la red de metro funcionaba. En algunas estaciones hubo algunos incidentes, ante los empujones y riñas de los ciudadanos para poder subir y bajar de los atestados vagones, según un periodista de Reuters.

Los sindicatos ferroviarios y del sector energético convocaron el paro para forzar a Sarkozy a llegar a un compromiso sobre su plan de acabar con el derecho de algunos empleados públicos a retirarse con la pensión completa con 50 o 55 años.

Sin embargo, el viernes aparecían las primeras divisiones, lo que llevó a Bernard Thibault, líder del principal sindicato, la CGT, a hacer un llamamiento para la unidad.

El Gobierno quiere que los empleados que cotizan en el conocido como 'régimen especial' de pensiones igualen su situación a la de los funcionarios y trabajadores del sector privado, aumentando su período de contribución de 37,5 años a 40.

El portavoz de Sarkozy admitió la fuerte participación del primer día, pero dijo que el Ejecutivo no se echará atrás.

'El presidente fue elegido basándose en un programa de reformas, y llevará estas reformas adelante', declaró David Martinon a la cadena de televisión LCI. 'Ahora es el momento de la determinación, pero también de la disposición para escuchar'.

El ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, dijo a la emisora RTL que la semana que viene se reunirá con los principales sindicatos.

'Mi puerta está abierta, y lo que buscaré con ellos la semana que viene es encontrar soluciones a sus principales preocupaciones (...) en el nivel de las pensiones', manifestó.

Los fondos especiales se aplicaron tras la Segunda Guerra Mundial, principalmente para trabajadores de empleos de exigencias físicas, pero están provocando déficits que costarán al contribuyente una cifra estimada en 5.000 millones de euros este año.

Las encuestas muestran un fuerte apoyo a los cambios del Gobierno y oposición a las huelgas. Muchos en la izquierda y algunos sindicatos están de acuerdo con la reforma, aunque creen que los trabajadores no deberían soportar lo más fuerte de los cambios.

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