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Sarkozy dice que los disturbios son "gamberrocracia", no una crisis social

EFE

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, aseguró hoy que los disturbios que se han producido a comienzos de semana en los barrios de la periferia de París "no tienen nada que ver con una crisis social" sino con la "gamberrocracia".

"Rechazo toda 'angelización' que pretenda presentar a cada delincuente como una víctima de la sociedad, a cada revuelta como un problema social", dijo el jefe del Estado en un discurso sobre seguridad ante 2.000 policías y gendarmes.

"Si dejamos que un gamberro se convierta en el héroe de un barrio estamos insultando a la República y a vuestro trabajo", les dijo el presidente a los agentes.

Sarkozy aseguró que ampliará el trabajo de seguridad en los barrios conflictivos de las periferias de las ciudades, que inició en 2002 cuando se hizo cargo del Ministerio del Interior.

"Esta política determinada ha dado sus frutos", afirmó el presidente, quien recordó que el Gobierno presentará en enero próximo un nuevo plan para ayudar a los barrios deprimidos.

El jefe del Estado señaló que la solución a estas barriadas no pasa por "destinar más dinero de los contribuyentes" sino por "arrestar a los alborotadores", aunque se comprometió a "tender la mano" a los que "quieran progresar honestamente".

"Seremos más generosos con los que quieran una formación y un empleo, una familia y una vivienda, y más severos con los que sólo piensan en envenenar la vida de los demás", aseguró.

Pidió a las fuerzas del orden que "utilicen todos los medios" que precisen para arrestar y llevar ante un juez a los que dispararon con armas de caza contra agentes en las dos primeras noches de la revuelta y mostró "la solidaridad de todo el Gobierno" con los policías, una decena de los cuales fueron alcanzados por disparos.

Un importante despliegue policial, con un millar de agentes apoyados desde el aire con helicópteros, logró que las dos últimas noches fueran más tranquilas en los barrios afectados, en particular en el municipio de Villiers-le-Bel, al norte de París, foco de la nueva revuelta de los barrios.

En esa ciudad, dos jóvenes murieron el pasado domingo tras chocar la moto que conducían sin casco contra una patrulla de la policía.

El hecho, que será investigado por un juez instructor a petición de Sarkozy, provocó una respuesta de jóvenes encolerizados contra la policía, que quemaron vehículos y mobiliario urbano y se enfrentaron a los agentes del orden, incluso con armas de caza, lo que provocó más de 120 policías heridos en dos noches de violencias.

En Villiers-le-Bel, varios centenares de personas, en su mayoría muy jóvenes, protagonizaron una marcha fúnebre y silenciosa por los dos adolescentes muertos en el accidente, Moushin y Lakami, de 15 y 16 años, y exigir la verdad sobre las circunstancias del drama.

Un coche fúnebre con el féretro de Moushin, que será trasladado mañana a Marruecos para recibir sepultura, iba por delante del cortejo y de las familias que lo encabezaban. Un cartel rezaba: "Justicia y verdad para Moushin y Lakami".

Mañana se celebrará una oración fúnebre por Lakami antes del traslado de sus restos el sábado a Senegal para ser inhumado.

Mientras continúa la polémica sobre la investigación policial sobre el accidente que provocó la muerte de dos jóvenes.

Las imágenes de un vídeo-aficionado reveladas ayer por el vespertino "Le Monde" muestran que el coche de la policía no fue destrozado por jóvenes tras el accidente, en contra de lo que había declarado un bombero horas después del mismo.

La investigación interna de la policía y las primeras conclusiones del experto judicial nombrado por la Fiscalía, reveladas hoy por "Le Figaro", apuntan a la falta de responsabilidad de la policía.

Según estas conclusiones, la patrulla policial, que tenía preferencia en el cruce, circulaba a 40 kilómetros por hora y la moto a 70, lo que explica los grandes destrozos que sufrió el coche.

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