Más de 90.000 inmigrantes han llegado a Canarias desde que hace 20 años arribara la primera embarcación de madera a las islas. En los primeros seis años, entre 1988 y 1994, el número de sin papeles se cuenta por escasas decenas y sólo consta en los registros de las ONGs. A partir de ese año, la Delegación del Gobierno en el archipiélago empezó a contabilizar las detenciones de sin papeles. En total, 91.385 inmigrantes, según informaba ayer Europa Press.

Los diez extranjeros que arribaron a Canarias en 1994 contrastan con los 31.859 que lo hicieron en 2006. Ese año, las costas del archipiélago registraron la mayor afluencia de sin papeles de su historia.

La cantidad de personas que ha intentado entrar en España a través de las costas canarias había ido en aumento hasta 2006, cuando tocó techo. El incremento, respecto a 2005, fue espectacular: en el anterior ejercicio habían llegado 4.718 sin papeles.

El otro año de referencia que supuso un incremento notable respecto al ejercicio anterior, fue 1999. Entonces, el número de inmigrantes se triplicó, pasando de los 737 de 1998 a 2.165.

El año pasado, la cifra disminuyó notablemente, al contabilizarse 11.746 personas. Y sigue menguando. Hasta el pasado mes de agosto, llegaron 4.557 inmigrantes, lo que supuso un descenso del 11% respecto el mismo periodo de 2007. Este porcentaje disminuye hasta el 8%, si se tiene en cuenta lo que va de año y se compara con la situación un año anterior.

Por otra parte, el número de embarcaciones dedicadas a la inmigración irregular interceptadas en las costas españolas ascendió a 160 en los cinco primeros meses del año. En todo 2007, fueron interceptadas 690, y en 2006, 1.035. En 2005 se detuvo a los integrantes de 566 embarcaciones y en 2004, 740, según datos facilitados por el Gobierno.

Según estas mismas estadísticas, al menos 179 inmigrantes han muerto en su intento por llegar a España desde 2004, informa Efe. Eso sin contar las embarcaciones que hayan podido naufragar y de las que no se tiene constancia, o aquellos inmigrantes que han perdido la vida en el viaje y han sido arrojados al mar. Hasta mayo, han muerto al menos 36 inmigrantes.