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El paro de larga duración se ha multiplicado por nueve desde el inicio de la crisis

Hace seis años había 393.200 desempleados que llevaban más de un año sin trabajar. Ahora son 3.456.400, el 58,53% del total. El 37% de los parados ya llevan más de dos años en el paro, con lo que ya han perdido

JORGE OTERO

Uno de los mayores estragos que está provocando la crisis entre la población es la falta de expectativas, la casi nula confianza en un futuro que aún se presenta como un agujero negro. Perder el trabajo siempre ha sido una drama, pero a diferencia de la época de bonanza esta crisis condena al parado a perder toda esperanza de encontrar empleo en un plazo razonable de tiempo. Los parados de larga duración (aquellos que llevan más de un año sin trabajar) se han multiplicado casi por nueve desde el inicio de la crisis, allá en los albores del año 2008.

En el tercer trimestre de 2013 había en España, según el INE, 3.456.400 personas que llevaban más de un año sin trabajar. Esa cifra es 8,79 veces superior a la existente seis años antes, en el tercer trimestre de 2007, cuando eran 393.200 los parados en esa misma situación. En términos relativos, la tasa de parados de larga duración casi se ha triplicado desde el inicio de la crisis: ha pasado del 21,94% en 2007 al 58,53% del total de parados en 2013.

De esos 3,5 millones de parados de larga duración que hay en la actualidad, casi dos tercios, en concreto el 62,97%, lleva dos años o más en el dique seco. Son 2.197.600 parados que han agotado ya su prestación y que en muchos casos ya sólo dependen de los 426 euros que concede el Gobierno a aquellos desempleados incluidos en el Plan Prepara. En 2007, entre los parados de larga duración, el porcentaje de parados con más de dos años sin trabajo se quedaba en el 51,62%: 203.000 personas, concretamente. Los datos, siempre fríos, preocupan más cuando se remiten al total de desempleados que hay en el país: en el tercer trimestre de 2013, casi el 37% de los 5.904.700 parados españoles perdieron su trabajo más de dos años atrás. En 2007 sólo el 11,32% había agotado su derecho a la prestación por desempleo.

Las consecuencias del paro de larga duración no son sólo económicas —la pérdida de la prestación—, sino también psicológicas, entre ellas la pérdida de autoestima. Los expertos señalan que una de las prioridades en materia laboral debe ser reducir el tiempo de búsqueda de empleo. Cuanto más tiempo esté un trabajador en el paro, más le costará reinsertarse en el mercado laboral. Pero, como señala un reciente estudio de la agencia de empleo Randstad, también hay que 'mejorar el acceso de muchos jóvenes a su primer empleo'.

Los jóvenes representan el 24,62% del total de parados de larga duración

Porque la alta tasa de desempleo juvenil, el 54,37% según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) es uno de los factores, aunque no el único, que explican el fuerte crecimiento del paro de larga duración. El 29% de los parados, 1.625.500 personas, son jóvenes de entre 16 y 29 años. De éstos, más de la mitad, el 52%, unos 851.000, presentan elevados tiempos de búsqueda de empleo. Una cuarta parte de las personas con más de un año de paro a cuestas tiene menos de 30 años. En concreto, los jóvenes representan el 24,62% del total de parados de larga duración. Son 851.000 personas, de las que 383.100 llevan en paro entre doce meses y menos de dos años y 467.900 dos años o más. En 2007 la incidencia del paro juvenil en los parados de larga duración era sólo ligeramente superior a la de 2013: 100.600 personas, el 25,58%.

Este último dato corrobora lo que muchos sospechaban: tanto en tiempos de bonanza como en tiempos de crisis, los jóvenes, sobre todos aquellos que buscan su primer empelo, son los grandes damnificados del mercado laboral. 

En personas de más edad, concretamente en el grupo de 30 a 44 años hay 2.228.500 desempleados, de los que el 62%, unas 1.383.500 personas, llevan más de doce meses intentando incorporarse al mercado laboral. Es el 40% del total de parados de larga duración. Por lo que respecta a los mayores de 45 años, el 69% de ellos tampoco sabe lo que es trabajar desde hace más de un año: 1.222.000 parados sobre un total de 1.747.500. Es un 35,35% del total de parados de larga duración.

El estudio de Randstad anteriormente mencionado permite también dibujar un mapa de la desesperanza, así como de los lugares donde es más complicado encontrar trabajo: Castilla-La Mancha, con un 68%,  y Canarias, con el 64%, son las Comunidades Autónomas que presentan un mayor índice de parados de más de un año. En el lado opuesto se sitúan con un 55% Navarra, y con un 58% La Rioja, Aragón, Islas Baleares y Murcia. 

Ante este negro panorama, el Gobierno sigue sin encontrar soluciones. La reforma laboral impulsada por el PP a principios de 2012 tampoco ha puesto freno a este problema a pesar de que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, no se ha cansado de loar sus bondades. La evolución del paro de larga duración ha seguido el mismo ciclo que el tasa de desempleo general. De hecho, en el año 2012, el primero que la reforma estuvo en vigor, el número de parados de larga duración creció más que en el año 2010 (518.600 frente a 499.300) y prácticamente lo mismo que en 2011 (535.800).

España es el país de la Organización y la Cooperación al Desarrollo Económico (OCDE) donde más ha crecido el paro de larga duración en los últimos años. Pero en muchos otros países, sobre todo en Europa, tampoco dan con la tecla. Es más, el número de personas que llevan más de doce meses sin empleo en el conjunto de la OCDE alcanzó en el segundo trimestre de 2013 los 16,86 millones, un 95,4% más que los 8,63 millones que existían antes de que comenzará la crisis de 2008.

Tras España, los países donde más han aumentado los parados de larga duración han sido Islandia (680,4%), Irlanda (450,7%), Grecia (366,7%), Nueva Zelanda (347,3%) y Estados Unidos (326,1%). Por el contrario, los únicos donde han descendido han sido Corea (-48,5%), Alemania (-47,3%), Israel (-24,9%), Finlandia (-5%) y Suiza (-0,9%).

Es difícil precisar una sola causa del paro de larga duración. Lo que es cierto es que una consecuencia dolorosa de la intensidad de la crisis. No hay trabajo ni hay perspectiva de tenerlo. Desde Randstad, una agencia de empleo, dan un consejo al parado: 'Querer trabajar no es lo mismo que buscar activamente empleo. Al que busca trabajo le faltan en muchos casos conocimientos y herramientas para hacerlo'.

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