Los padres de los alumnos del Sagrado Corazón de Madrid temen que el desplome de uno de los edificios del colegio les acabe pasando factura. Todavía no tienen claro 'quién va a sufragar' la construcción del nuevo inmueble que sustituirá al que fue desmontado la pasada semana. Tampoco saben quién se hará cargo de los gastos de transporte y comedor de los tres colegios que acogerán a sus hijos.

'No tendrán la poca vergüenza de pedirnos ahora dinero, porque yo por ahí no paso', advierte Juan, un padre que a partir del lunes tendrá que hacer equilibrios para llevar a sus dos hijas a centros diferentes y a horas distinas.

El Sagrado Corazón pedirá ayuda a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid para costear las rutas y los comedores. Una solicitud que será estudiada, aunque la administración autonómica recordó que el colegio es 'privado concertado'.

Iván, padre de una niña de tres años, considera que el centro debe pagar la factura del derrumbe. El pasado viernes la dirección les aseguró que afrontaría los gastos de la obra del nuevo inmueble. No obstante, este padre sospecha que de forma 'indirecta' un futuro aumento de cuota podría acabar contribuyendo a sufragar el edificio.

Guillermo Maylín, superior provincial de los Hermanos del Sagrado Corazón, aseguró que estas cuestiones están todavía en el aire y que el centro 'estudiará' este problema.

Mientras, algunos padres siguen inquietos. Los de Bachiller podrían plantarse porque no están cómodos con la situación del colegio Miguel Hernández al que irán sus hijos. Los de Infantil irán a un centro cercano, pero exigen 'garantías' de seguridad en las aulas prefabricadas en las que estudiarán sus niños.

Por último, CCOO denunció el 'descontrol' de la Consejería ante este derrumbe y censuró el recorte presupuestario de 14,5 millones de euros para obras en las escuelas de la región.