El FC Barcelona ha lanzado un mensaje de unión, canalizado a través de su presidente, Joan Laporta, para animar al aficionado culé para que éste se alinee sin disimulo junto a su equipo en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey que, mañana, se jugará en el Camp Nou (22:00 horas).

Precisamente la visita del Villarreal un 13 de diciembre de 1998 desató una crisis mayúscula en el barcelonismo, cuando una derrota en el Camp Nou ante el 'submarino amarillo' provocó un clamor casi unánime contra el por entonces entrenador Louis van Gaal y contra el presidente, en aquella época José Luis Núñez.

Era tal el punto de crispación que se vivía por entonces en la entidad barcelonista que el Camp Nou pidió la dimisión del presidente y del entrenador. Por suerte para el Barça, en el siguiente partido de Liga, un solitario gol de Xavi Hernández en Valladolid (0-1) dio un triunfo al Barça, el cual tres jornadas después se colocó líder. El Barça de Van Gaal, que venía de hacer el doblete, aquel año volvió a ganar la Liga.

Se da la circunstancia de que el Villarreal volverá mañana al Camp Nou justo en un momento de mucha tensión en el club catalán, aunque nada comparable a diez años atrás. Por ello, primero Frank Rijkaard, ayer Carles Puyol y este mediodía Joan Laporta han emitido un mensaje entonando un ligero 'mea culpa' pero animando a la afición culé para que esté junto al equipo.

Algunos medios de comunicación de Barcelona han canalizado en sus páginas, y también a través de los medios audiovisuales, el malestar que se ha instalado en la hinchada barcelonista después del empate contra el Athletic Club el domingo, y la victoria del Madrid contra el Villarreal, resultados que han situado al Barça a nueve puntos del líder, cuando falta 17 jornadas para concluir la Liga.

"Tras el duro golpe sufrido en San Mamés, he visto al equipo verdaderamente tocado. Necesitamos más que nunca que el público se ponga al lado del equipo y que lo anime", ha apuntado el presidente barcelonista, en un intento de rebajar la crispación que existe en parte del aficionado barcelonista.

Mañana, a las diez de la noche, se pondrá a rodar la pelota en el Camp Nou, donde Barça y Villarreal, que empataron a cero goles en el Madrigal la semana pasada, buscarán una de la cuatro plazas para las semifinales de la Copa del Rey.

Un triunfo barcelonista aliviaría el estado de ánimo en la masa culé y también daría aire a la directiva, la cual en los cinco años que lleva gobernando el club sólo ha recibido una pañolada, precisamente como consecuencia de un partido de la Copa del Rey.