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Mason sigue explorando en "Un país lejano" las posibilidades literarias del viaje

EFE

El escritor norteamericano Daniel Mason, que adquirió notoriedad con su primera novela, "El afinador de pianos", continúa explorando las posibilidades literarias del viaje en su siguiente libro, "Un país lejano", que acaba de publicar en España.

Mason ha señalado hoy en declaraciones a Efe: "si la anterior novela surgió de una experiencia propia -estuvo estudiando la malaria en la frontera entre Tailandia y Myanmar-, en este caso el proceso de creación fue totalmente diferente, pues pensé en una historia y entonces comencé a investigar".

Publicada en castellano por Salamandra y en catalán por Empuries, "Un país lejano" narra la historia de dos hermanos separados por la fatalidad: Isabel, una niña que crece alrededor de una plantación de caña de azúcar, e Isaías, su hermano mayor, que decide emprender un viaje a la ciudad para probar fortuna huyendo de la sequía que asuela el pueblo.

El punto de partida de "Un país lejano" fue una estancia en Brasil, adonde había llegado interesado por los viajes del descubrimiento de los exploradores portugueses, aunque "poco a poco fui descubriendo en el interior del país una serie de historias del Brasil rural".

En esa zona "vivían personas que conocían perfectamente el mundo del interior del Brasil, las tradiciones musicales, religiosas, las plantas y sus propiedades, pero esa gente ya no estaba en los pueblos, sino en la ciudades".

A partir de esa constatación, Mason quiso imaginar "cómo sería para esas personas la emigración a las ciudades, qué sensación experimentaron al sentirse arrancados de su tierra y cómo trataron de reconstruir esa vida rural en las ciudades".

Al igual que ya hizo con "El afinador de pianos", el autor y médico norteamericano se ocupa en su segunda novela del enfrentamiento entre mundos: "Si en el primero, el viaje era desde una sociedad victoriana, cristiana y moderna a la selva, al ambiente rural, no cristiano y con sus propios mitos y músicas, en el nuevo libro se trata de un viaje opuesto, de esa sociedad preindustrial, animista y sin modernidad al ambiente moderno e industrial de la ciudad".

Mason no quiso situar la historia en un lugar concreto, porque "si hubiera ubicado a Isabel y la búsqueda de su hermano en un país preciso, su Historia en mayúsculas habría engullido la historia local de la protagonista".

Aunque el autor quiso desde el principio mostrar la mirada inocente de la ciudad a ojos de la niña, rechazó utilizar la voz narrativa de la primera persona, puesto que "su vocabulario es muy básico y no permitía expresar toda su sabiduría instintiva".

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