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Manuel Bellido, un granadino que mantiene vivo el centenario oficio de luthier

EFE

Su altitud y escasa humedad hacen de Granada un lugar idóneo para la fabricación artesanal de guitarras, una privilegiada situación que la ha convertido, durante siglos, en cuna de luthiers -artesanos guitarreros-, oficio que Manuel Bellido mantiene vivo gracias a su dedicación de más de 30 años.

Su especialidad es la guitarra flamenca granadina, que destaca de las construidas en otros puntos de España por ser "ligera de peso y espontánea de sonido", según ha explicado en una entrevista con Efe el propio Manuel Bellido, considerado por muchos profesionales como uno de los principales nombres de la guitarrería española.

La pasión de Bellido por este arte se remonta a su más temprana juventud, cuando empezó a fabricar castañuelas, lo que le despertó su afición por la ebanistería y, a partir de ahí, comenzó a formarse como constructor de guitarras en el taller del maestro Eduardo Ferrer, para, en 1961, establecerse por su cuenta.

Según ha explicado el maestro granadino, la elaboración de una guitarra flamenca es "un proceso arduo y largo", que arranca con la selección, aserrado y secado de la madera "al menos diez años antes".

A partir de ella se obtienen las tapas armónicas -"la parte más importante de la guitarra", subraya Bellido- que se cuelgan a una altura de unos dos metros para su secado natural, proceso que generalmente dura un año y que sirve para observar el comportamiento de la madera.

"Aquéllas que se tuercen o se abren, se tiran y sólo nos quedamos con las maderas más sólidas", ha explicado el luthier, quien ha añadido que "lo esencial de una guitarra es que sea lo más compacta posible", ya que una mínima doblez "puede robarle sonido".

Al ser tan largo el proceso de construcción de una guitarra -cada una tiene un trabajo de cien horas- Manuel Bellido tiene la costumbre de construirlas a pares, de modo que "siempre hay dos que son gemelas", ha apuntado.

Las guitarras "Bellido" son instrumentos de alta gama que el maestro granadino vende a 3.500 euros, aunque no son las más caras, ya que, dependiendo del constructor, éstas pueden llegar a alcanzar los 12.000 euros y, en ningún caso, venderse más baratas de 1.800 euros.

La guitarra, según Bellido, "es un instrumento muy complicado, muy ingrato", en cuyo sonido, además de las cuerdas, interviene también la vibración de la madera y que, al contrario de otros como el violín, cuyo sonido mejora con los años, se agota tras unos 15 años de uso en el caso de guitarristas profesionales, por "la fatiga" de su caja.

"Por eso nosotros hacemos guitarras que sean fáciles de manejar, porque la música es expresión, y para que una persona pueda expresar tiene que estar a gusto y no preocupada por el instrumento", ha precisado.

Bellido, que nunca trabaja por encargo, recibe los principales pedidos de "personas que vienen directamente a mi taller" desde distintos puntos del país, principalmente de Andalucía y Cataluña, donde hay más afición por el flamenco en España.

No obstante, cada vez son más frecuentes los pedidos de Alemania, concretamente de la región de Baviera, y de Japón, países donde el flamenco es cada vez más popular.

Entre las personalidades que cuentan con una guitarra "Bellido" figuran "Tomatito", Vicente Amigo o los Habichuela, algunos de los cuales han llegado a tocar en su taller, así como legendarios guitarristas flamencos como Sabica o Paco de Lucía.

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