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Magda Salarich, nueva directora general del Banco Santander

EFE

El Banco Santander decidió hoy nombrar a Magda Salarich, máxima exponente de la moderna trayectoria de Citroen en España hasta julio pasado, como nueva directora general de la entidad presidida por Emilio Botín.

Salarich, que también será responsable de la división Santander Consumer Finance, entidad presente en 18 países y líder en financiación al consumo en Europa, dejó la dirección española de la compañía de automóviles después de casi 30 años vinculada a Citroen.

La nueva directiva del Santander es Ingeniera por la Universidad ICAI, ha cursado el programa de Dirección General de la escuela de negocios IESE y el máster de Director Comercial y Márketing del Instituto de Empresa.

Ha desarrollado su carrera directiva en Citroen, donde comenzó a trabajar muy joven en 1979, para en 2001 ser nombrada consejera delegada y directora general de Citroën España, además de directora Comercial y de Márketing de la marca en toda Europa con responsabilidad plena sobre 28 países.

Salarich también ha desempeñado el cargo de directora general de la Fundación Ramón Areces.

Madrileña, pese a un apellido de procedencia catalana, comenzó su andadura profesional en la sede fabril de Citroen Hispania, en Vigo (Pontevedra), donde fue responsable del departamento de Información Interior.

Más tarde ocupó los cargos de jefa de prensa y relaciones públicas, y directora de Márketing Comercial de Europa.

La estrategia comercial de Salarich se basó en una agresiva política de descuentos porque, como ella dijo en su día, "los descuentos facilitan una política más dinámica con los concesionarios" y lo sustenta en otra de sus teorías: "El cliente compra un coche por precio y diseño".

Como directiva, desde dentro y fuera de la marca, se la ha tachado como una de los mejores profesionales del sector, y no oculta que exige a sus equipos mucha organización y disciplina.

Enamorada de su trabajo, podría conversar horas y horas diseccionando el sector del automóvil, y nunca dejó de iluminársele la cara cuando el asunto a abordar era una de las novedades de su marca o algún plan promocional.

Los que la conocen aseguran que habría vendido neveras en el Polo o calefacciones en África si se lo hubiera propuesto.

Las 24 horas del día se le quedaban cortas, de ahí su obsesión por el máximo aprovechamiento del tiempo. Defendió a capa y espada reuniones de trabajo de no más de una hora, como si esos sesenta minutos fueran la frontera entre la eficacia y los fuegos de artificio.

Multitud de premios ha recibido durante su trayectoria profesional. En diciembre de 1999, recibió el premio Empresaria del Año. En el 2000 le concedieron el Women Together, galardón otorgado por el programa de la UNESCO Together in the World; y en junio, la revista del motor "Automotive News Europa" la eligió Woman of the Year.

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