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Literatura a flor de piel

El Parnasillo edita los clásicos al modo artesanal

PAULA CORROTO

Los clásicos rezuman cierto sabor. Y no casan igual con una encuadernación estándar, muy de editorial de siglo XXI. Necesitan otro envoltorio, más añejo y más cuidado. Que les guarde.


Y eso es lo que ha realizado el editor y presidente de la Fundación Jorge Guillén, Antonio Piedra, en la colección El Parnasillo, de Ediciones Simancas: una encuadernación en piel y con los títulos grabados a fuego en la cubierta para guardar contenidos como las Eróticas y amatorias, de Esteban Manuel de Villegas; las Poesías varias, de Calderón de la Barca; La Araucana, de Alonso de Ercilla; o El doncel de Don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra.


Un formato ‘mini'
Además, el formato de los libros es el de bolsillo. Pero, como resalta Piedra, 'de verdadero bolsillo. Se pueden guardar en ellos. Lo hemos hecho así porque la gente ahora necesita tiempo, pero también espacio para los libros'.


Y, esta vuelta a la edición añeja, ¿es una crítica a la nueva edición, estandarizada y homogénea, y, a veces, con muy poco gusto estético? 'No. Simplemente hemos querido casar a los clásicos con este formato, porque nos parece mejor. Y nos influyeron mucho esas ediciones de los clásicos en cartoné, rústica o lujo. Pero, la edición tiene que evolucionar con el tiempo, y mucho más que va a evolucionar con la nueva era cibernética. El libro electrónico va a ser muy importante', afirma el editor.


Y es que Antonio Piedra también está muy al tanto de las nuevas formas de edición y no por estar en la edad de la producción en serie y para las grandes masas -una de las razones de la desaparición de la edición artesanal del libro, y de esos productos en piel que popularizaron editoriales como Aguilar o Plaza & Janés en los 60- todas las producciones son de escaso gusto. 'Desde luego que no. Hay cosas horrorosas, pero otras son muy hermosas, como, por ejemplo, lo que hace un grupo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid llamado El club de los negocios raros. Editan una revista bellísima', advierte.


Eso sí, para Piedra una de las mejores ediciones de todos los tiempos es la realizada por Shelley en 1904 de La Defensa de la poesía y otros ensayos, de Leonardo Williams. Hoy se puede encontrar en librerías como la de Antonio Mateos, en Málaga (www.antoniomateos.com).


Por otro lado, reconoce que él es un editor de caprichos, y que le gusta experimentar con los formatos: 'Una vez edité unas poesías de Francisco Pino en un libro de troqueles. Fue un esfuerzo de dos años'.
El siglo XIX fue una gran escuela de la edición, pero El Parnasillo demuestra que aún quedan románticos.

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