La Yihad Islámica sufrió ayer una serie de pérdidas notables en sus filas, con una decena de muertos entre los que se encuentran los líderes de sus milicias en la franja de Gaza y en el norte de Cisjordania, respectivamente.

Hacía varios meses que las operaciones israelíes en Gaza no habían causado tantas muertes en una sola jornada como durante el día de ayer.

La mayoría de las bajas, entre las que también se hallan tres hombres de Hamás, ocurrieron en la franja de Gaza, donde la aviación israelí llevó a cabo cuatro ataques aéreos, tres de ellos centrados en las milicias de la Yihad y uno en la policía de Hamás.

Las milicias de la Yihad son las que más regularmente lanzan cohetes contra las poblaciones israelíes cercanas a la franja, una actividad que desde hace algunos meses no realizan con la asiduidad de antes las milicias de Hamás.

Ayer mismo un grupo de milicianos cuya filiación se desconoce dispararon media docena de cohetes contra Israel, causando pequeños desperfectos en una granja.

Inmediatamente la aviación hebrea bombardeó una posición de la policía de Hamás en el sur de la franja, matando a dos policías. Según los datos del Ejército israelí, en lo que va de año los milicianos han disparado más de 2.000 cohetes contra las localidades israelíes cercanas a Gaza, lo que significa que el número de impactos registrados es dos veces superior a los del año pasado.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, que ha adoptado una posición muy agresiva, advirtió que su país tiene que estar preparado por si los milicianos intensifican sus ataques, algo que Barak considera muy posible. De hecho, la Yihad Islámica ha amenazado con tomar represalias por la muerte de sus milicianos.