Los televisivos Luis Pedrahita y Rodrigo Sopeña inauguraron hoy la primera edición del Festival de cine español Tánger-Málaga con su ópera prima "La habitación de Fermat", una cinta de suspense que protagonizan Alejo Sauras, Federico Luppi, Santi Millán, Lluis Homar y Elena Ballesteros.

"La habitación de Fermat", que llegará a las salas de cine el próximo 16 de noviembre, cuenta la historia de cuatro matemáticos que están reunidos en un cuarto que cada vez se hace más y más pequeño, y de donde no podrán salir hasta resolver un enigma lógico-matemático.

"El guión tiene como principal referente las tramas de Agatha Christie, en las que el espectador puede predecir el final si está atento a las pistas que hay a lo largo de la película", explicaron los directores de la cinta en una entrevista con Efe en Tánger.

A pesar de que tanto Pedrahita como Sopeña habían trabajado siempre en televisión con programas cómicos, han decido cambiar de registro para su debut en el cine porque, sobre la gran pantalla, lo que les gusta son "las películas de tensión, aunque eso no quita que haya una cierta dosis de humor, como vía de escape, en esta película".

"La habitación de Fermat" pudo verse por primera vez en la pasada edición del festival de Sitges, donde, según los directores, tuvo una buena acogida "a pesar de que no sale ninguna gota de sangre, pero la gente siempre quiere volver a verla, con el final ya sabido, para descubrir las pistas que hay sembradas a lo largo del filme".

Quizás uno de los motivos por los que su película despierta esa intriga se deba en parte a que, como afirma los directores, "se trata de una historia que no tiene referentes en el cine español, sino que hay que irse a películas clásicas como 'Crimen perfecto' y 'La huella', aunque también 'La soga'".

Por su parte, Alejo Sauras, uno de los protagonistas de la cinta y que da vida "a un joven matemático que sobrepasa la reglas de las matemáticas", aseguró a Efe que la cinta tiene "similitudes con 'Saw' y 'Cube', porque es una película muy angustiosa".

Incluso lo angustioso de la trama rebasó "en varias ocasiones" los límites del guión ya que, como desveló Sauras, "la habitación en la que rodamos era cada vez pequeña y teníamos que estar ahí dentro unas 15 personas, los focos se chocaban... el rodaje ha sido un infierno -bromea-, y algunos de los accidentes que se han incluido en el metraje fueron improvisados".