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EEUU y Rusia escenifican su distanciamiento en la reunión de la OSCE

EFE

Estados Unidos y Rusia escenificaron hoy de manera inequívoca su distanciamiento político y estratégico durante el XV Consejo Ministerial de la OSCE, al poner de manifiesto sus diferencias sobre Kosovo, el tratado de armas convencionales FACE y la supervisión de los procesos electorales.

Washington y Moscú, en sintonía con el espíritu de la Guerra Fría, se enzarzaron en un cruce de reproches, en el que se acusaron mutuamente de socavar la existencia misma de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), un espacio nacido en 1975 para dar estabilidad y seguridad al continente.

El enfrentamiento tiene tres vertientes: el futuro de Kosovo, la provincia serbia de mayoría albanesa a cuya independencia se opone Moscú; la decisión de la Oficina de la Democracia y Derechos Humanos (ODHIR) de no supervisar las elecciones parlamentarias rusas por la falta de garantías y la suspensión por parte del Kremlin del tratado de Fuerzas Armadas Convencionales de Europa (FACE).

La negativa de Rusia tiene su origen en el proyecto de EEUU de desplegar elementos de su escudo antimisiles en el este de Europa.

Los representantes rusos, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, y de EEUU, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Nicholas Burns, reiteraron las posturas conocidas de ambos Gobiernos y dejaron poco margen para el entendimiento.

Especialmente difícil parece al acercamiento para disuadir a Rusia de que suspenda el FACE, pese a los esfuerzos de los países occidentales, según reconoció Burns, quien afirmó que "hoy no ha sido un día de muy buen augurio" y se quejó de que la parte rusa viniera a Madrid después de formular "declaraciones negativas al respecto durante esta semana".

Rusia ve con malos ojos la extensión de la OTAN hacia el este y el eventual despliegue balístico cerca de sus fronteras, lo que le llevó a anunciar la suspensión del FACE a partir del 12 de diciembre a falta de un acuerdo para cerrar una versión revisada de un tratado que data de 1990.

Este tratado fue firmado entre la Alianza Atlántica y el Pacto de Varsovia un año antes de la desaparición de la Unión Soviética y adaptado en 1999 en Estambul para recoger el cambio geoestratégico en el continente, pero la OTAN no ha ratificado esa revisión en respuesta a la presencia de tropas rusas en Georgia y Moldavia.

No obstante, el "numero tres" del Departamento estadounidense de Estado aseguró tener esperanzas "de que Rusia se eche atrás en su amenaza unilateral de marcharse".

Parecido mensaje lanzó el ministro español de Asuntos Exteriores y anfitrión de la reunión, Miguel Angel Moratinos, quien aseguró que Rusia seguirá negociando sobre el FACE aunque acuerde su suspensión, e informó de que su colega ruso le expresó de forma "firme, convencida y determinante" la voluntad de resolver la crisis.

Durante su intervención ante el plenario, Lavrov expresó su deseo de seguir buscando un entendimiento "al margen de los dogmas y de los lemas consabidos", pero añadió que "no se nos ha dejado otra salida" que no sea la de la suspensión del tratado.

"Nosotros ya advertimos a mediados de los 90 que este tratado no se correspondía con la realidad y que la situación no podía continuar eternamente, pero no se nos escuchó", dijo.

Sobre la presencia de la ODHIR en las elecciones parlamentarias rusas del 2 de diciembre, el representante estadounidense lamentó que se le esté impidiendo hacer su trabajo y acusó a Rusia de tratar de disminuir la capacidad operativa de este organismo.

Burns declaró que las acusaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre la intención de EEUU de enviar a las próximas elecciones a la Duma una "misión limitada" son "completamente falsas".

La respuesta de Lavrov giró en torno a la necesidad de "corregir la situación en este ámbito", al considerar que este tipo de misiones de observación deben "rendir cuentas" ante el Estado anfitrión.

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