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Dos detenidos tras el intento frustrado de atentado contra la embajada de EEUU en Viena

Agencia EFE

La policía austríaca ha detenido a un segundo sospechoso por el frustrado intento de atentado ayer contra la embajada de Estados Unidos en Viena, tras perder fuelle el trasfondo islamista en la investigación, informó hoy la policía.

Una vez hechas las primeras declaraciones del primer sospechoso, un hombre de origen bosnio de 42 años, las fuerzas de seguridad austríacas arrestaron a otra persona, también bosnia, en la ciudad de Tulln, a unos 50 kilómetros al oeste de Viena.

Erik Buxbaum, director general de seguridad pública del Ministerio del Interior, dijo hoy a la prensa que la segunda detención se produjo anoche poco después de que el primer sospechoso dijera que ese hombre, un amigo suyo, le instó a depositar la mochila con los explosivos en la embajada.

La policía, que analiza el contenido de la mochila, en el que había un libro, y un DVD o un CD, agregó que la fiscalía había presentado cargos contra ambos detenidos por intento de atentar contra la seguridad pública.

Buxbaum manifestó que "es demasiado temprano" para confirmar una conexión islamista en este incidente.

Después de la detención, la policía realizó sendos registros en los domicilios de ambos sospechosos.

En la casa del primer detenido se encontraron pequeñas cantidades de explosivo plástico, "que podrían proceder de la antigua Yugoslavia", dijo Buxbaum.

El sospechoso del atentado, casado y desempleado, ha vivido durante varios años en Austria y carecía de antecedentes penales.

Tras un primer interrogatorio en la tarde de ayer, los agentes han interrogado al detenido, que parecía estar "desconcertado" y dar muestras de desequilibrio síquico, dijo Buxbaum.

Según el alto funcionario, el segundo detenido admitió conocer al primer arrestado aunque negó tener relación alguna con el incidente de ayer y especialmente de haberle instado a cometerlo.

El principal sospechoso trató de entrar en la embajada con una mochila en la que llevaba explosivos, dos granadas de mano y un kilo de metralla, lo que hubiera causado graves daños en caso de detonar.

Buxbaum confirmó hoy que las dos granadas contenían explosivos aunque no disponían de detonadores.

El servicio de seguridad de la embajada estadounidense, la más protegida en Viena, le pidió al bosnio introducir su mochila en el detector de metales y explosivos.

Cuando sonó la alarma el sospechoso salió corriendo, perseguido por dos agentes de seguridad, uno de ellos de la misión diplomática.

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