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Ceses fulminantes a causa de un vídeo institucional

Juanma Romero

El globo fue hinchándose durante todo el día y al final estalló. Con víctimas notables: un vídeo retirado; una compañía, Metro de Madrid, puesta en entredicho por la propia Comunidad; los responsables del polémico desliz, en la picota, y el Atlético de Madrid y su su afición, humillados. Todo eso en apenas unas horas.

Relatar el embrollo exige hacer un flashback, como en las películas. El kilómetro cero se sitúa hace cinco días, el lunes. Entonces el consejero de Transportes de la Comunidad, Manuel Lamela, inauguró en la estación de Embajadores, en la línea 3 del suburbano, la exposición Contra los gases de efecto invernadero, el efecto Metro de Madrid. Hay paneles informativos, hay consejos para reducir gases contaminantes, hay cánticos al gran aliado del medio ambiente, el metro.

Hay también un vídeo. Dos minutos y 15 segundos. Un aficionado colchonero se dirige al campo de fútbol en coche. Es maleducado al volante (grita, fuma, habla por el móvil). Irrespetuoso con el medio ambiente (toca el claxon). Todo un quinqui. Su antítesis es un señor tranquilo, madridista (no identificado claramente, en principio, como sí ocurre con el forofo del Atleti) que va al Bernabéu en metro. Mal ciudadano rojiblanco contra ecologista de libro merengue.

Retirada y disculpas

Capítulo dos: el de ayer. Metro retira por la mañana la cinta y se disculpa ante los hinchas atléticos. “En ningún momento se ha querido ocasionar molestias ni perjuicios”, reza el comunicado de la empresa. El club —que se enteró ayer del contenido del vídeo—, dice en una nota que acepta el perdón, pero quiere explicaciones porque se ha utilizado su imagen institucional sin previo aviso.

Después, críticas aceradas del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón —“Me parece fatal; no responde a la realidad”— y del vicepresidente regional, Ignacio González —“La campaña es desafortunada y, por tanto, reprobable”—.

Por la tarde, la Comunidad reacciona. Esperanza Aguirre ordena el cese fulminante de los responsables. Lamela lo confirma en la Asamblea de Madrid, aunque no menciona que él estuvo en la exposición. Los autores del “deleznable incidente” serán destituidos antes del lunes. El blanco es el Departamento de Atención al Cliente del Metro.

Esa división montó la exposición y contrató a la agencia de publicidad. Pero ahí se para toda la información. Ni Metro de Madrid, ni la Consejería de Transportes quisieron revelar el coste de la campaña, el número de viajeros que podría haber visto el vídeo o la identidad de los posibles responsables sentenciados. “No sabemos cómo ha pasado. Nadie se percató el lunes, tampoco el consejero. Hay mil pequeñas cosas que no te cuentan”, añaden desde Transportes.

Público pudo saber que McCann-Erickson, la agencia que trabaja para Metro desde junio de 2006, y para quien ya ha lanzado tres campañas en televisión, no es quien firma el anuncio de la polémica, pagado, como toda campaña institucional, con dinero público. Se trataría, según fuentes de la Comunidad, de una compañía menos conocida: Deline.

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