Este artículo se publicó hace 15 años.
El acusado en falso de abusar de una niña exige reparar su honor
El joven ingresa en el hospital, "derrumbado" por la muerte de su hijastra
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Pese a su inocencia, algunos medios de comunicación le mostraron esposado, a cara descubierta y sin la más mínima duda de su culpabilidad. Diego P.V., detenido en Tenerife por haber abusado supuestamente de la hija de su novia hasta provocarle la muerte, fue víctima de varias negligencias médicas y periodísticas entre el miércoles y el sábado de la semana pasada.
La autopsia reveló que la niña, de 3 años, no fue víctima de abusos, ni maltradada. Según se pudo saber el sábado, murió por un golpe que se había dado previamente al caer de un tobogán. Ese mismo día, un periódico de tirada estatal publicaba en portada una foto del joven con el titular "La mirada del asesino de una niña de tres años".
Su abogado, Plácido Alonso Peña, anunció este lunes una querella contra los médicos que atendieron a la menor. En primer lugar, contra los que no advirtieron daños internos al atenderla tras su caída el pasado día 21. A continuación, contra el facultativo que, cuatro días después, determinó por error que había sufrido abusos. Alonso también exigió a la Consejería de Sanidad una investigación del informe erróneo y pidió a la Guardia Civil y a los medios de comunicación que se disculpen.
A pesar de que su inocencia estaba clara y los medios empezaban a disculparse por haberle acusado en falso, el joven ingresó este lunes en un hospital por una crisis de ansiedad. Se encuentra “derrumbado” por la muerte de la niña, declaró su abogado.
El origen de la confusión es un informe médico inicial del centro de salud de Arona (Tenerife). El acusado acudió el miércoles al ambulatorio por los constantes vómitos y la asfixia de la hija de su novia. El médico de urgencias examinó a la niña y observó “desgarros de tipo vaginal y anal”, hematomas y quemaduras.
El acusado aseguró que todo se debía al golpe que la niña se había dado varios días antes. El facultativo no le creyó y llamó a la Policía. Poco después, el joven fue detenido y el informe filtrado a la prensa. Ese mismo miércoles, los medios publicaron una foto suya esposado de la agencia Efe.
La pequeña murió tres días después en el Hospital de la Candelaria tras varios paros cardiacos. La autopsia desmontó la teoría del médico de Arona. Las quemaduras eran producto de una alergia, no había desgarros y los hematomas surgieron después de una hemorragia interna tras un golpe previo.
Basado en la autopsia, el auto judicial explicaba el sábado que “no se observan lesiones traumáticas a nivel genital ni anal sugestivas de agresión sexual”. Finalmente, el acusado fue liberado sin cargos para sorpresa de toda la audiencia.
El abogado experto en ataques sobre los derechos del honor y la intimidad Gregorio Arroyo cree que un juez podría determinar que los medios de comunicación que le culparon sin sentencia judicial habrían cometido un delito de “intromisión en el honor”. Sin embargo, exculpa a la Guardia Civil porque en su comunicado sobre la detención del joven no dieron ni su nombre ni su imagen.
Por su parte, la Consejería de Sanidad de Canarias se desmarcó del origen del error y dijo “desconocer las fuentes” a las que habían accedido los medios. Fuentes de la Guardia Civil insisten en que ellos trataron de advertir de que se trataba de un “presunto” culpable y que probablemente fueron miembros de la Policía Local o del hospital los que filtraron los datos.
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