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El PSOE reclama a Zapatero que prime la política social

La dirección socialista pone en duda el giro a la moderación del Partido Popular mientras que Rajoy siga al frente

GONZALO LÓPEZ ALBA

La desaceleración económica no puede acarrear el incumplimiento de las políticas sociales comprometidas en el programa electoral.

Éste fue el principal mensaje que la Ejecutiva del PSOE trasladó a José Luis Rodríguez Zapatero ante el discurso de investidura como presidente del Gobierno que pronunciará en el Pleno del Congreso.

El planteamiento no es anecdótico en la medida en que Pedro Solbes, confirmado como vicepresidente económico, ha apuntado que habrá que ordenar las prioridades de desarrollo de las medidas de carácter social.

Zapatero garantizó a la Ejecutiva que su prioridad será cumplir todos los compromisos de política social, a pesar de las dificultades que pueda plantear la coyuntura económica. Así, destacó la importancia de desarrollar la ley de dependencia y de extender la educación infantil de cero a tres años, medidas sociales de las que se espera también una dinamización de la actividad económica y del empleo.

El ánimo que sobre la situación económica se propone trasladar Zapatero es de 'tranquilidad', pero no de pasividad ante la desaceleración del crecimiento -la palabra 'crisis' sigue siendo, entre los socialistas, tabú-. De hecho, Zapatero ni siquiera habló de 'desaceleración', sino más bien de moderación del crecimiento.

En consecuencia, anunciará un catálogo de medidas concretas, aunque se quiere evitar la idea de un 'plan de choque'. Entre esas medidas destacan el propósito de renovar un gran pacto social con sindicatos y empresarios, la devolución de 400 euros a los asalariados y pensionistas que declaran IRPF y los planes encaminados a mantener la actividad en el sector de la construcción -incremento de la obra pública y de la construcción de viviendas de protección oficial, planes de reciclaje para los parados...-.

La intervención de Zapatero constituirá la exposición de 'un plan general de Gobierno', que ordenará la puesta en marcha de los compromisos electorales del PSOE, cuyo cumplimiento identificó como máxima prioridad el portavoz del partido, José Blanco.

El dirigente socialista, reconociendo que inevitablemente será un discurso de continuidad con la gestión de los últimos cuatro años, defendió que la intervención de Zapatero será la exposición de 'un nuevo programa de cambio, un programa reformista para la segunda etapa del cambio'.

El líder socialista escuchó, por otra parte, el parecer favorable a su decisión de arrancar la legislatura subrayando la imagen de 'autonomía' frente a los potenciales socios parlamentarios, a la espera de que se clarifique el panorama.

En este sentido, el portavoz del PSOE, José Blanco, hizo hincapié en que la investidura de Zapatero en segunda votación no supone merma alguna para 'la estabilidad' del Gobierno y en que, además, la puerta queda abierta para abordar 'posibles fórmulas estables de colaboración' con grupos minoritarios.

En cuanto a la oposición que practicará el PP, Blanco expresó abiertamente su escepticismo ante la posibilidad de que se imponga un línea de moderación y proclive a los pactos de Estado. 'Habrá que observar el discurso de Rajoy, pero tengo pocas esperanzas de que cambien muchas cosas porque el mismo que ha dirigido la política del PP durante estos cuatro años es el que la va seguir dirigiendo', argumentó.

En lo que hace a la recuperación del consenso en la lucha contra el terrorismo, el portavoz socialista reiteró que, como informó este periódico, Zapatero defenderá la necesidad de un acuerdo 'sin exclusiones', sin necesidad de plasmarlo en un nuevo Pacto escrito, y 'sabiendo que no hay ninguna posibilidad de volver a negociar con ETA'. En este sentido, el número dos del PSOE proclamó que la resolución aprobada en la legislatura pasada por el Congreso de los Diputados autorizando al Gobierno a dialogar con la banda terrorista 'quedó derogada de facto desde que se disolvieron las Cortes'.

En cuanto al momento en que Zapatero será investido, Blanco confirmó lo que el PSOE ya viene dando por hecho desde hace días: 'A la luz de las posiciones expresadas por los distintos grupos, lo más probable es que reciba la confianza en la segunda votación', el viernes.

Blanco dio cuenta a la Ejecutiva de estas conversaciones, junto con José Antonio Alonso, que acudió por primera vez a una reunión del órgano de dirección del PSOE. José Antonio Alonso, pese a continuar como ministro en funciones de Defensa, será ya quien asuma en el debate de investidura la defensa de la posición del Grupo Socialista.

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