Una movilización política sin precedentes. Los organizadores no dan cifras de participación pero consideran que la manifestación de este 11 de septiembre ha sido 'la más masiva de la historia de Europa'. Han valorado la concentración de este jueves en Barcelona como 'un éxito rotundo' y como una demostración de voluntad popular 'ejemplar para el mundo entero'. Obviamente, estaban eufóricos, pero más allá del grado de satisfacción o triunfalismo que han expresado con estas declaraciones, parece indiscutible que la Diada de este año se recordará como una movilización histórica, de peso político no inferior al famoso 11 de septiembre de 1977, a las manifestaciones contra la guerra o las de la Diada y por el derecho a decidir de los años 2012 y 2013,

La 'V' formada con los colores de la bandera catalana, con las camisetas rojas y amarillas que vestían los manifestantes, ha sido el acto más espectacular. Era el principal desafío para la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y para Òmnium Cultural. Han conseguido llenar las avenidas Diagonal y Gran Via de les Corts Catalanes con centenares de miles de personas durante horas y sin que se produjera incidente alguno. Un millón ochocientas mil personas han secundado la convocatoria, según la Guardia Urbana. La Delegación del gobierno central ha dado una cifra muy inferior: entre 470 y 500 mil manifestantes.

Independientemente de las discrepancias en torno a los números que siempre se producen a la hora de contar manifestantes, vale la pena prestar atención a otras expresiones de implicación de la sociedad civil en decisiones políticas de alcance. La formación de la 'V' ha estado precedida de numerosos actos públicos y reivindicativos en todo el territorio catalán a favor del derecho a pronunciarse en las urnas sobre el futuro político de Catalunya.

Esta misma mañana, la Assemblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y la Mesa Nacional por el Derecho a Decidir han convocado concentraciones frente a los ayuntamientos de Barcelona, Tarragona, Lleida y centenares de ciudades y pueblos para hacer entrega a sus alcaldes y responsables de gobiernos municipales de los compromisos adquiridos por entidades cívicas, culturales, vecinales y deportivas a favor de hacer efectiva la convocatoria de la consulta del próximo 9 de Noviembre.

La Ley de Consultas populares no refrendarias y de participación ciudadana, que previsiblemente aprobará el Parlament de Catalunya el próximo viernes 19, dará cobertura legal a la convocatoria del 9 de noviembre, pero como se sabe, el gobierno de Mariano Rajoy descarta por completo la posibilidad de conciliar esta ley con la Constitución española.

Los convocantes de la manifestación de hoy y algunos partidos, como Esquerra Republicana, consideran que la consulta se ha de realizar en cualquier caso, aunque sea recurriendo a la desobediencia civil. 'Debemos obediencia al pueblo de Catalunya', decía hoy mismo el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona. Si nos fuerzan a escoger entre una obediencia y otra, 'está claro qué haremos', 'no es una cuestión jurídica', 'con papeles y formularios no pueden frenar el ansia de un pueblo', ha dicho en conversación con Público.

Ante las dudas y preguntas que surgen sobre cómo piensan realizar tal cosa en contra de la voluntad del Estado español, la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, también ha sido tajante. 'No tenemos miedo. La voz del pueblo de Catalunya está por encima de la que opine desde Madrid un tribunal partidista', ha dicho en discurso dirigido a la multitud al finalizar la manifestación.

La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Carme Forcadell, ha asegurado que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, 'es perfectamente consciente de lo que quieren los ciudadanos de Catalunya'. Al acabar la manifestación, sin embargo , ha dicho que este jueves mismo acudirían a la cita con Mas para decirle: 'President, ponga las urnas'. 'Ha llegado la hora de las decisiones excepcionales', 'decidiremos si queremos formar parte del Estado español o tener un Estado propio libre y soberano', ha asegurado.