Tanto la pompa y circunstancias de la cita -Alberto Fabra había convocado a las fuerzas vivas de la sociedad valenciana en el patio del mismo Palau de la Generalitat-, como los conocidos antecedentes de opacidad que arrastra el Consell desde los gobiernos de Francisco Camps, hacían indicar que el portal web de transparencia del gobierno valenciano cuya presentación pública constituía el motivo del evento, marcaría un antes para un gobierno autonómico ubicado regularmente a la cola en los informes de organismos como Transparencia Internacional.
'Queremos ser la Administración más transparente de España', pregonaba tras el acto la flamante portavoz del Consell y consellera de Educación, Maria José Català. Su voz expresaba así un deseo, pero mientras lo hacía, la prensa y algunos curiosos que trataban de consultar el nuevo portal en sus ordenadores, se encontraban con la realidad. La pantalla de inicio tras acceder a www.gvaoberta.gva.es ofrecía en lugar preferente sendos carruseles de imágenes, uno con citas sobre la transparencia de Alberto Fabra, y otro con una selección de gráficos exponiendo la versión del Consell de cómo se reparte su presupuesto en general y en determinadas partidas.
¿Pero puede el ciudadano acceder a la información abierta de cómo gestiona la Generalitat su dinero? Tras pinchar sobre el botón 'Open Data' -el crucial de la oferta, aunque el cuarto y último tras otros dos que solo ofrecen información administrativa y sesgada (como información sobre el parque móvil de vehículos de altos cargos limitada al número de vehículos sin indicar, por ejemplo, quién dispone de ellos)-, un único mensaje recibe al lector: 'Estamos trabajando en el diseño de los contenidos. Está información estará disponible a partir del último trimestre de 2014'.
'En términos de datos abiertos, esta web de momento tiene la misma utilidad que un aeropuerto sin aviones'. Así resumen para Público la utilidad de GVA Oberta los responsables de la Fundación Civio, organización sin ánimo de lucro que 'trabaja para que exista una transparencia real y un libre acceso a los datos públicos por parte de cualquier ciudadano u organización'. ¿Los motivos? 'La información presupuestaria enlaza a documentos pdf cerrados, la supuesta transparencia de la contratación pública únicamente enlaza al portal o al perfil del contratante que tienen todas las administraciones y no posee ni un solo dato abierto', sentencian.
Al margen de estas circunstancias, lo más llamativo es que el portal prosigue con la ley del silencio respecto a la era Camps, y tampoco pone punto y final a la era de opacidad de los gobiernos predecesores al de Alberto Fabra. Así, tan solo permite conocer los contratos realizados por la Generalitat de importe superior a los 3.000 euros realizados desde julio de 2013 (eso sí, cuando se subsane el error informático que impide hacerlo desde la inauguración hasta el cierre de este artículo) y los convenios con fecha igual o posterior a enero de ese mismo año.
Y por si esto fuera poco, en el mismo acto la portavoz del gobierno Fabra revelaba a los medios que el portal tampoco incluirá los contratos confidenciales firmados por la Generalitat, o lo que es lo mismo, el formulismo empleado por Francisco Camps para ocultar de la fiscalización de la oposición política contratos que -como los firmados con el arquitecto Santiago Calatrava o con el magnate Bernie Eccleston para la celebración de la Fórmula 1 en Valencia-, tras trascender públicamente a raíz de sentencias judiciales, se revelaron como extremadamente gravosos para las arcas públicas.
'La transparencia no se anuncia; se ejerce, y no con una web incompleta, con fallos desde el primer minuto, y que únicamente recopila enlaces de otras páginas que ya son públicas', valoró la iniciativa de Fabra la diputada socialista Eva Martínez. Por su parte, el diputado de Compromís Fran Ferri calificó de 'estafa' un portal que 'no responde a lo que reclama la ciudadanía'. Mientras, el diputado de Esquerra Unida Ignacio Blanco dijo que la plataforma GVA Oberta, 'que es prácticamente pura propaganda y carece de contenido', es una 'vergüenza'.
Las reacciones eran airadas, pero los diputados de la oposición tenían motivos para el enfado. En los últimos meses tanto Compromís como Esquerra Unida han logrado acceder a contratos y documentación que debería ser pública tras un periplo judicial. En particular, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ya ha condenado en nueve ocasiones a la Generalitat -con el gasto público añadido en servicios jurídicos que esto ocasiona- por peticiones de contratos negados a Compromís, y otras cinco por negar información a Esquerra Unida (con la particularidad de que en estas cinco ocasiones la que negaba la información fue la conselleria dirigida por la portavoz Català), y ambos tienen en curso cerca de dos decenas de recursos similares. Unos recursos que el nuevo portal, con su escasa operatividad y carencia de contenidos, no parece que va a solucionar.
La Generalitat valenciana estrenaba así un portal que anunciaba como 'Open data' pero sin contenidos abiertos, cuya utilidad desde Civio comparan con 'un aeropuerto sin aviones'. Sin embargo, como sucede con el aeropuerto de Castellón, no sólo el País Valencià tiene el suyo, y la 'portalitis' sin contenido afecta a más administraciones del Estado. Según recopila la Fundación Civio para Público, un ejemplo muy malo de portal de transparencia que está prácticamente abandonado o que únicamente agrega información ya disponible en otras webs autonómicas sería el de Cantabria. Y en una línea similar estaría el de Catalunya, que, además de enlaces a otras páginas de la misma institución, presenta muchos de los conjuntos de datos en formatos no accesibles ni reutilizables (pdf), lo que dificulta su análisis y procesamiento.
No obstante, señalan, también hay ejemplos de portales autonómicos, como los de Euskadi, Aragón o Castilla y León, que han hecho 'un esfuerzo extra para facilitar la interacción con el ciudadano, facilitar los datos en formatos abiertos y accesibles, y cumplen los principales estándares'.
Para Civio, los cuatro criterios definitorios de un buen portal de transparencia y datos abiertos serían:
1) Que facilite e incluso fomente el diálogo con la ciudadanía para resolver sus dudas y peticiones, simplificando al máximo el proceso de contacto y eliminando todas las barreras (Datos personales, certificado electrónico...), incluida la exigencia de justificar el motivo de la pregunta.
2) Que contenga conjuntos de datos críticos para la transparencia y la rendición de cuentas (como por ejemplo, los asesores, el personal de libre designación, la ejecución de gasto, la agenda de reuniones de altos cargos -no la institucional-, etc. ).
3) Que los datos sean realmente accesibles y en formatos y licencias que faciliten la reutilización.
4) Que el portal se actualice frecuentemente y se 'alimente' de información.
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