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Rajoy busca una posición sobre Siria para mantener el perfil bajo de España

El Consejo de Ministros prevé fijar la postura del Gobierno en la crisis internacional. Se seguirá apelando a una resolución de Naciones Unidas.

 

ANA PARDO DE VERA

Mariano Rajoy y su equipo celebran hoy el primer Consejo de Ministros tras la vuelta de vacaciones de agosto. Está previsto que sea de esta reunión de donde salga la posición del Gobierno con respecto a la intervención militar que baraja ejecutar EEUU como respuesta al uso de armas químicas del que Barack Obama responsabiliza al presidente sirio Bashar al Asad. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunciaría, por tanto, en la rueda de prensa posterior al Consejo, si España apoyará o no un ataque militar a Siria al margen de una resolución de Naciones Unidas. Sin embargo, no se espera una declaración contundente por parte de Rajoy; mucho menos que se salga de las posiciones mantenidas hasta ahora: condena al uso de armas químicas, apoyo a la investigación de los inspectores de la ONU sobre suelo sirio y petición al Consejo de Seguridad de que llegue a un acuerdo sobre la respuesta.

Precisamente, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ha sido el primer miembro del Gobierno en pronunciarse públicamente sobre la crisis con Siria desde que se conocieron las intenciones de Obama, aunque no se ha salido del guión del comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores el martes. Arias Cañete -aunque recordando que él no es el jefe de la Diplomacia- afirmó el miércoles que 'la política del Gobierno es muy clara' y el Ejecutivo 'condena rotundamente la utilización de armas químicas'. El titular de Agricultura, además, expresó el deseo del Gobierno de que haya 'una resolución' de la ONU. En declaraciones a los periodistas, Cañete se remitió al Consejo de Ministros de hoy para obtener todos los puntos de la posición del Gobierno.

Desde que saltaron las informaciones -confirmadas por la Casa Blanca- de que EEUU preparaba un ataque militar en Siria con el respaldo de Reino Unido y Francia, Mariano Rajoy ha apostado por un perfil bajo de España ante la inminencia de la intervención norteamericana en Siria. De hecho, ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo quien ha asumido toda la gestión sobre esta crisis internacional desde el citado martes. Con su ausencia de protagonismo en este asunto, Rajoy pretende huir del fantasma de la ofensiva de Irak, que José María Aznar apoyó en 2003 sin previa autorización de la ONU ni consulta al Parlamento y que tan mal resultado dio al PP, con un 91% de la opinión pública española en contra de la decisión de Aznar de implicar a España en la guerra.

En este sentido, ha causado más sorpresa entre los conservadores la declaración del PSOE sobre la respuesta que había que dar al uso de armas químicas en Siria, defendiendo, incluso, otras posibilidades de actuación al margen de una resolución de la ONU. En una rueda de prensa el miércoles, la vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, escenificó la inmediata adhesión de Ferraz a las tesis del presidente francés, François Hollande, que apoya sin fisuras a Barack Obama en su previsto ataque militar al margen de la ONU. El PP cree que, en un tema tan delicado, los de Alfredo Pérez Rubalcaba no tenían por qué haberse pronunciado antes que el Gobierno, aunque reconocen que la posición socialista les favorece 'mucho'. A ninguno de los conservadores se le olvida la durísima oposición socialista contra Aznar y la campaña del No a la guerra de Irak, así como la retirada de las tropas de este país en cuanto José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno.

 

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