El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, cree que los indicadores coyunturales, sobre todo el incremento de la capacidad exportadora, 'apuntan hacia un leve crecimiento intertrimestral de la actividad', por lo que considera 'realista' la previsión de recuperación del PIB del 1,3 % en 2011.

En una comparecencia en el Congreso de los Diputados, Campa indicó que 'aún quedan meses duros de crecimiento débil de la actividad y del empleo, pero la perspectiva es positiva en el medio plazo'.

Añadió que el Gobierno 'no rehuye su responsabilidad en la consolidación fiscal y en la elaboración de reformas estructurales para la mejora del crecimiento potencial', pero también confió en que los demás agentes sociales y partidos políticos 'estarán a la altura de situación histórica en la que nos movemos'.

Como principal reto se refirió a la tasa de paro, del 21,3 %, y que definió como 'la principal preocupación del Gobierno', aunque recordó que los datos del primer trimestre suelen ser los peores del año.

Esta cifra, defendió, debe impulsar a concluir 'de manera rápida, firme y determinada' un proceso reformista 'en todos los ámbitos del mercado laboral' que consiga acelerar la recuperación del empleo.

Recordó en este ámbito que en la actualidad 'se está corrigiendo el elevado diferencial de crecimiento de los costes laborales unitarios' respecto al resto de los países de la zona euro, lo que 'favorece nuestra competitividad'.

En cuanto a otros indicadores coyunturales, resaltó que el consumo privado durante el primer trimestre 'refleja una situación ligeramente más favorable que en la parte final de 2010', mientras se apunta un 'avance sostenido' de la inversión en bienes de equipo.

'Pero sin lugar a dudas, el motor del crecimiento en la primera parte del año es la capacidad exportadora', dijo Campa, que adelantó que 'parece que se va a mantener la senda' de crecimiento 'muy notable' en 2010, cuando la tasa interanual de exportaciones de bienes y servicios se elevó un 10 %.

No obstante, el secretario de Estado advirtió de que el cuadro macroeconómico 'no está exento de riesgos que añaden tensión a su cumplimiento final', entre los que destacó el encarecimiento de las materias primas, las tensiones geopolíticas del norte de África y el terremoto y tsunami de Japón.