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El Ejército paquistaní retoma el control del cuartel militar

El operativo termina con nueve muertos y captura al líder del comando talibán

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Comandos del grupo de operaciones especiales del Ejército paquistaní consiguieron a primera hora de ayer liberar a los 42 rehenes, entre militares y funcionarios, retenidos por un grupo de terroristas talibanes, que la víspera habían atacado, a plena luz del día, el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Rawalpindi, a 13 kilómetros de la capital del país, Islamabad.

El operativo se desarrolló en dos fases saldadas con nueve muertos: cuatro de los cinco terroristas que se encontraban en el interior del cuartel, tres rehenes y dos miembros de las fuerzas especiales. Además, otros siete soldados sufrieron heridas de bala. Pese a todo, el portavoz del Ejército, Athar Abbas calificó de exitoso el operativo de liberación. 'Hemos puesto fin al ataque. La situación está ahora totalmente bajo nuestro control', aseguró.

Abbas también informó que sólo un insurgente, el presunto líder del grupo, fue capturado con vida. El cabecilla, identificado como Aqeel, alias Usman, resultó herido durante la operación e intentó activar una carga explosiva que portaba para evitar ser detenido, según la versión de algunos medios paquistaníes.

Las fuerzas de seguridad se incautaron de granadas, armas y chalecos preparados para atentados suicidas y decidieron mantener el edificio militar acordonado por tiempo indefinido para recoger pruebas. El operativo puso fin a más de 20 horas de control insurgente a un cuartel militar. El ataque contra el acuartelamiento es el tercero que los talibanes realizan en la última semana, después del atentado suicida perpetrado el pasado lunes contra unas oficinas de la ONU en Islamabad que costó la vida de cinco trabajadores del organismo. El viernes una acción suicida dejó otros 53 muertos en Peshawar.

El asalto fue perpetrado el sábado por un comando de diez insurgentes, vestidos con uniformes militares y provistos de armas automáticas, que aseguraron pertenecer al movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina diversas facciones talibanes del país.

Según la información del Ejército, los asaltantes entraron en el recinto militar en una furgoneta camuflada, y una vez dentro iniciaron un duro enfrentamiento armado durante una hora con las fuerzas de seguridad apostadas en dos puestos de control. En esta refriega murieron cuatro de los integristas y seis militares.

Cinco de los seis insurgentes restantes se introdujeron en un edificio de los servicios secretos del Ejército donde se hicieron fuertes al capturar 42 rehenes. El sexto terrorista fue abatido cuando huía del recinto militar.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, trasladó al jefe del Ejército, Ashfaq Pervez Kiyani, su 'satisfacción' por 'la exitosa operación' y trasmitió sus condolencias a los familiares de las personas que perdieron la vida durante el ataque.

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