Un día antes de las elecciones en Afganistán, la violencia sigue estando presente en la capital, Kabul, y el miedo entre la población a que los talibanes desbaraten los comicios aumenta. Ayer, la explosión de un coche bomba al paso de un convoy de tropas extranjeras por una de las principales carreteras de Kabul, matando a diez personas. En total 20 afganos murieron en ataques en todo el país. Esta madrugada y a primera hora de la mañana se escucharon tiroteos y explosiones por toda la capital según la BBC británica.

Las tropas de la ISAF y los miembros del Ejército afgano están intentando por todos los medios controlar a los insurgentes en la capital. Tres hombres armados se atrincheraron en un banco a escasos 100 metros del palacio presidencial. Los soldados entraron y mataron a los talibanes. El portavoz del Ministerio de Interior, Zemarai Bashary, explicó que la Policía ha hallado los cadáveres de tres asaltantes en el interior del edificio.

Durante el tiroteo, tres agentes policiales resultaron heridos, según Bashary, que aseguró que los atacantes eran 'enemigos de Afganistán', término con el que las autoridades se refieren a los talibanes.

El Gobierno ha pedido a los medios de comunicación que no informen sobre la violencia durante este miércoles y mañana, día de las elecciones. Sin duda una táctica más de Karzai para seguir intentando hacer como que todo está controlado.

A los soldados extranjeros también les conviene esta estrategia después del despliegue de 17.000 tropas más de EEUU a petición de Barack Obama. La nueva estrategia que EEUU quería para el país no parece haber asegurado que los afganos puedan acudir a las urnas con tranquilidad.

Los talibanes, que ya avisaron a principios de semana de las consecuencias que tendría para ellos ir a votar , están cumpliendo sus amenazas.

Por si fuera poco, Intermon Oxfam dijo ayer que las elecciones servirán de muy poco si no van a compañadas de reformas efectivas. La ONG denunció que un tercio de los afganos vive en condiciones de pobreza y hambre.