Cuando Stuart Milk (Nueva York, 1970) tenía 17 años, su tío Harvey Milk (el primer cargo público que se declaró abiertamente gay en EEUU) fue asesinado en San Francisco. Desde entonces, su figura se convirtió en un referente mundial en la lucha por los derechos de los colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) e inspiró el año pasado un filme sobre su vida, Milk, dirigido por Gus Van Sant y protagonizado por Sean Penn, que ganó un Oscar por este papel. Años después, su sobrino recogió el testigo. Stuart Milk recogió días atrás en Madrid un premio concedido por MuestraT, la propuesta cultural que se celebra con motivo del Día del Orgullo Gay, que culmina hoy en Madrid con un desfile.

¿Por qué es necesario aún el Día del Orgullo Gay?

Por dos razones. Los jóvenes deben saber que hay un movimiento detrás que les apoya, porque necesitan sentirse seguros para poder desarrollarse. Y además hay que enseñar a todo el mundo que la diversidad es enriquecedora.

¿Son los jóvenes su mayor preocupación?

En EEUU ahora el principal problema son los crímenes de odio, especialmente, entre los jóvenes. Cada mes, dos o tres jóvenes mueren asesinados por ser homosexuales. Otro problema grave son los suicidios, que son frecuentes. Para los jóvenes es muy difícil aún salir del armario, sobre todo en zonas rurales.

¿Qué se puede hacer desde las escuelas?

Cuando se ponen en marcha programas de educación en la diversidad, detectamos que se reducen el número de suicidios y de crímenes. Este año, se colocará una placa de Harvey Milk en el Paseo de la Fama de Los Ángeles. Y cada año todos los estudiantes de cuarto grado de California acuden allí, así que aprenderán quién era Harvey y por qué luchó, igual que aprenden quién fue Martin Luther King. Ese es un camino: enseñar a los jóvenes que Harvey fue un político con mucha influencia y que luchó por la igualdad de derechos, no sólo para el colectivo homosexual, sino también para los inmigrantes, las mujeres... Y estos pequeños detalles ayudan a cambiar la sociedad.

¿Cuál es el mayor cambio que se ha producido en la comunidad homosexual desde que su tío Harvey Milk fue asesinado?

El matrimonio. Hace 31 años, cuando fue asesinado, no creo que ni siquiera él considerara una posibilidad lograr este derecho.

En España, se acaban de cumplir cuatro años desde que el Parlamento aprobó los matrimonios entre personas del mismo sexo.

La ley española de 2005 dejó atónito al mundo, porque nadie lo esperaba, sobre todo viniendo de un lugar como España. Ahora es el país que lidera a nivel mundial los derechos del colectivo LGTB. Es un ejemplo para muchos países, incluido Estados Unidos. Mi país no lidera la lucha del colectivo, algo que sí hace España, que es un modelo a seguir también pars países de Latinoamérica e incluso del mundo musulmán.

¿Por qué?

Desde hace siglos, España ha tenido una mezcla muy rica de culturas. En Turquía, donde estuve hace unos días, estaban muy interesados en el ejemplo de España. En cómo se aceptaba el matrimonio homosexual, en cómo estaba funcionando la ley.

El presidente de EEUU, Barack Obama, se opuso abiertamente a los matrimonios entre parejas del mismo sexo, pero hace poco anunció que en el censo de 2011 se incluirá a los matrimonios homosexuales. ¿Esperan cambios positivos en su mandato?

El movimiento LGTB de EEUU se reunió hace varios días con Obama. Había escuchado que estábamos decepcionados con su gestión, ya que hizo muchas promesas durante la campaña, pero todavía no hemos visto ningún hecho. Hace 31 años, mi tío ya hablaba de discriminación hacia los gays en el trabajo, en los alquileres... Reclamaba una legislación contra los delitos de odio y lo cierto es que, desde entonces, no se ha aprobado una sola ley federal en este sentido. Sólo hay normativas en algunos Estados, y en cuanto sales de ese Estado, estás desprotegido.

Entonces, ¿qué puede hacer el presidente?

Para empezar, está en su mano, como comandante en jefe de las fuerzas armadas, poner fin a los juicios por deshonor a los que son sometidos los soldados que se declaran homosexuales. Bajo la norma de No preguntes, no digas muchos soldados con un expediente brillante, que han estado en Irak, son expulsados del ejército por ser gays. Con la permanencia de esta norma, el mensaje que se envía a la sociedad es que los homosexuales no tenemos los mismos derechos. Y no hay que olvidar que el ejército en EEUU es la única vía para muchas personas de lograr una educación de alta calidad. Igual que el presidente Harry Truman eliminó en 1948 las normas que discriminaban a los negros en el ejército, lo mismo puede hacer Obama con la comunidad homosexual.