Diego Valderas siempre repite que 'importan los contenidos y las propuestas, no los nombres'. No obstante, la incorporación de Rosa Aguilar al Gobierno andaluz de José Antonio Griñán marca inevitablemente la entrevista.

¿Le parece que Griñán ha actuado correctamente?

Ha tenido mal estilo, pero no tanto por Rosa, sino por decir que hay más gente en el armario que espera incorporarse al PSOE. Si es así, que los diga. Si no, que se calle. Con sus afirmaciones, actúa como el presidente de un consejo de administración que cree poder contratar a cualquiera. Yo creo que uno se debe a unas ideas.

¿Teme una OPA hostil, otra Nueva Izquierda?

Nada es inocente. Hay una clara recuperación de IU, ahí están las encuestas, que nos sitúan en un 5,8% en las europeas. El PSOE ha hecho una apuesta para parar ese caudal que se le va por la izquierda. Rosa ha sido la dirigente mejor tratada por la militancia de la historia de IU, ni siquiera Anguita fue tan bien tratado. Es ella la que decide cambiar de barco y ha pedido respeto por su decisión. Pues yo pido el mismo respeto para IU.

El PSOE afirma que ella no ha cambiado de barco, que es socialdemócrata.

En IU los socialdemócratas son escasos. Pero, de hecho, ella misma deja el espacio socialdemócrata al sumarse a las políticas del señor Griñán.

¿Neoliberales, según usted?

Las del señor Griñán.

¿Pero cómo las definiría?

Socioliberales. Yo sé distinguir entre el proyecto neoliberal del PP y la ambigüedad calculada del PSOE, con guiños superficiales a la izquierda.

¿Afectará todo esto al pacto entre ustedes y el PSOE?

No lo favorece, pero tenemos unos acuerdos que quiero que el PSOE cumpla y la primera forma de cumplirlos es teniendo claro que en Córdoba no hay problema. Es una ciudad gobernada por la izquierda y ahora lo va a ser aún más.

¿Cree que Aguilar ha estado preparando su salida?

Bueno, ella fue la que dijo que votó al PSOE, no yo.

¿Pero considera que se ha aprovechado del partido?

Creo que se ha dejado algunas coherencias en la gatera. Y credibilidad. Hasta ayer, cuando su organización la reclamó para determinadas cuestiones, respondió que Córdoba estaba por encima de todo.

¿Y ve premeditación?

Rosa es Rosa. Recuerdo un eslogan suyo que decía 'Rosa no tiene color'. Un eslogan suyo.

¿Y cree que es así?

Los hechos están ahí. Lo que creo es que la organización ha confiado más en Rosa que Rosa en la organización.

Pasemos a la economía. ¿Podría sintetizar sus propuestas básicas contra la crisis y el desempleo?

Se necesita un cambio del modelo. Y tiene dos patas, la solidaridad y la sostenibilidad. Y una tercera, la posibilidad de que el Gobierno intervenga en sectores estratégicos, como en Andalucía el agroalimentario. Hace falta impulsar la innovación y el potencial industrial, energías alternativas... Y desde ahí, un esquema productivo más solidario. ¿La política fiscal puede ser quitar impuestos a los poderosos? Creo que al contrario. Sé que la economía no se cambia en un día, pero podemos empezar ahora a poner los pilares. Eso en resumen. Y hay más. La banca pública, por ejemplo.

Usted planteó en el debate de investidura la creación de un sistema financiero público andaluz y Griñán lo acusó de poco rigor intelectual porque algo así no existe ni en China.

Pues conoce poco China. Yo he estado allí. Es el país que más crece y no hay ningún elemento en los medios de producción que en el 51% no esté en manos del Gobierno. Las multinacionales se han tenido que adaptar. El señor Griñán aprovecha a veces su cierta aura de intelectual para descalificar a otros.

Volviendo a IU, ¿será Cayo Lara candidato en 2012?

Yo estoy convencido de que es el mejor valor electoral que tiene IU y estoy convencido de que va a ser él, porque representa lo nuevo.

¿Cree que se agotará la legislatura en Madrid?

No me gusta la futurología, pero... Si este 2009 se cierra con 4,5 millones de parados, los sindicatos no van a poder aguantar ese tirón.

¿Le gustaría ver a los sindicatos en la calle?

Siempre. Sin movilización no hay cambio, sólo mantenimiento del statu quo. Ahora no se trata de tener más parados con desempleo, sino de tener menos parados. Estamos en una fase en la que Zapatero, Griñán y a veces los sindicatos están preocupados de que no falte la prestación. Hace falta más empleo, no más prestación.

Algunas propuestas manejadas por la izquierda, como la semana laboral de cuatro días, son tachadas de frívolas.

Sí, pero en Semana Santa paramos lo que haga falta, en una especie de huelga general de ocio. Nosotros hemos planteado y debatido esa propuesta muchas veces. Trabajar 36 horas en cuatro días, por ejemplo. Pero no se escucha. En cambio, sí se puede hablar de las 65 horas.