Nadie como Tarso Genro encarna a la izquierda brasileña. Luchó contra la dictadura. Construyó la marca PT (Partido de los Trabajadores). Fue uno de los alcaldes de Porto Alegre más influyentes. Y, ya en el Gobierno de Lula, ministro de Educación, de Relaciones Institucionales y, ahora, de Justicia. Tarso encabeza un heterogéneo movimiento que lucha para juzgar a la dictadura brasileña. No sólo pide la desclasificación de los archivos militares, sino el castigo penal de los responsables de las torturas de la dictadura.

¿Por qué los documentos de los archivos militares siguen siendo secretos?

Fueron desclasificados. Pero según las Fuerzas Armadas, los archivos de la inteligencia militar fueron destruidos. Está siendo investigado.

La Justicia archivó la investigación de la muerte del periodista Vladimir Herzog. ¿Es un varapalo?

Es una interpretación conservadora de la ley de amnistía. La Orden de los Abogados de Brasil (OAB) ha planteado un proceso cuestionando la interpretación.

¿Es importante insistir hasta conseguir un juicio?

No existe país que haya pasado por una dictadura y que no haya discutido el reconocimiento de crímenes contra la humanidad. Es importante que Brasil pase por ese proceso de reconciliación con su historia. Aunque haya resistencia.

En España, debido a presiones, el juez Garzón paró sus investigaciones sobre la dictadura de Franco.

Sobre el juez Baltasar Garzón, prefiero no manifestarme; es una cuestión interna de España. En Brasil, está pendiente la decisión del Tribunal Supremo. La demanda fue presentada por la OAB, con total apoyo del Ministerio de Justicia y de la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia para la investigación de los crímenes.

Garzón equipara los crímenes de las dictaduras al tráfico de drogas y el terrorismo. ¿Qué opina?

Estoy plenamente de acuerdo. La violencia sistemática, en cualquier lugar del planeta, contra un grupo de personas por motivación política hiere a las libertades públicas. Los crímenes contra la humanidad son exactamente aquéllos cuyo acto lesiona los principios éticos y derechos universales.

Entonces, ¿cualquier dictadura debe ser juzgada?

Cualquier violación de los derechos humanos debe ser juzgada. Un régimen antidemocrático, como una dictadura, debe ser juzgado políticamente. Los actos de los miembros de aquel régimen, practicados en su nombre de forma oficial o extra oficial, deben ser juzgados políticamente.

¿Recurrir a los tribunales internacionales sería una solución para esquivar la barrera jurídica y política de Brasil?

Cualquier ciudadano brasileño puede recurrir a las cortes internacionales de derechos humanos. Y quien definió este derecho fue Brasil, que refrendó el sistema interamericano de protección a los derechos humanos. De ese modo, al dirigirse a los tribunales internacionales, la sociedad civil no está 'esquivando', sino haciendo valer el sistema jurídico brasileño. Si existen organizaciones mundiales de comercio, trabajo, y salud, ¿por qué no un sistema internacional de protección a los derechos humanos?