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El flirteo de Duran con el PSC acaba por dividir a CDC

Mas se reunirá este miércoles con el líder de Unió para atajar una polémica que es incapaz de controlar

FERRAN CASAS

La cumbre del PSC con la cúpula de Unió del viernes no sólo ha conseguido el objetivo deseado por José Montilla de abrir una nueva crisis de relación entre el partido de Josep A. Duran i Lleida y CDC. También ha logrado dividir a la propia Convergència, su socia de federación. De momento hoy se intentará tapar una de las vías abiertas con una reunión en Madrid entre Duran y Artur Mas. Al líder de CDC le interesa más que nunca matar la polémica dada la inédita división que ha generado en su partido la maniobra de Unió. El formato del encuentro estaba ayer por definir pero ambos coincidirán a primera hora en un acto de Jordi Pujol en la capital del Estado.

Después de que el lunes David Madí, secretario ejecutivo de CDC y quizás el dirigente más próximo a Mas, saliera a censurar con contundencia a un crecido Duran por hacer el juego a Montilla aceptando una 'estrategia común' si el TC recorta el Estatut, el martes Felip Puig, secretario general adjunto, intentó ahuyentar una nueva crisis interna en CiU.

Intentó serenar ánimos repartiendo amonestaciones dentro de su partido. Algo que un satisfecho Montilla tildó de 'efectos colaterales' en CDC. En referencia a Madí, que según fuentes próximas no se dio por aludido, Puig afirmó que quizás en su partido hayan “mordido el anzuelo allí donde quería el PSC”.

No sólo Madí cargó contra Duran, que ayer intentaba poner paños calientes al asunto. También lo había hecho la ex consellera de Educación Carme Laura Gil, que acusó al democristiano de ser 'desleal' a Mas y 'atacar' el nacionalismo con su actitud.

Puig, que en otras ocasiones ejercía sin inconveniente de 'policía malo' con los socios, explicó que ahora se trata más que nunca de ser 'responsables' para evitar una nueva crisis de relación entre Convergència y Unió ante un PSC que 'excita las polémicas artificialmente'. Puig se mostró sorprendentemente compresivo y displicente al indicar que 'de vez en cuando Duran tiene la responsabilidad y la obligación de defender su espacio propio y definir su perfil'.

Quizás con ánimo de distraer la atención de los conflictos internos en su partido y en la federación, el otro peso pesado de CDC, Francesc Homs, recrudeció el tono de los ataques a Montilla. El dirigente nacionalista afirmó en Manresa que Montilla tiene 'un deseo inconfesable' de que el TC recorte el Estatut. Y que ante esta perspectiva desearía que Catalunya “se limite a asumirlo sin protestar”. No aclaró si el PSC tendría en esta actitud sumisa la complicidad de sus, pese a todo, socios de Unió.

 

El líder del PSC ha sacado un buen rédito de su gesto con Unió. Ha dividido a CiU primero y a CDC después. Y todo ello sin tener una salida que ofrecer si el TC recorta el Estatut, opción que hace unas semanas los socialistas no contemplaban y para la que ahora empiezan a prepararse.

Si Mas puede estar enojado porque Duran busque antes el consenso con Montilla que con él lo mismo podrían hacer los socios del president en el Govern, ERC e ICV-EUiA. Pero, por debilidad o por el placer de ver a Mas a los pies de los caballos, ambos le cubren las espaldas al president.

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