El presidente de UPN y del Gobierno navarro, Miguel Sanz, reiteró este martes que la renuncia a renovar su cargo al frente del partido regionalista es 'definitiva'. Por eso, los miembros de UPN deben buscar un nuevo líder para la formación, debilitada después de que el pasado mes el PP decidiera dar por roto el pacto que le unía al partido navarro desde 1991.

Sanz cree que quien mejor desempeñaría ese cargo al frente de los regionalistas sería la actual alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y no el secretario general de la formación, Alberto Catalán, aunque a este último le vea 'en la dirección y con altas responsabilidades'. Y es que, a su juicio, la de Barcina es la mejor opción para salvar a la formación política de la escisión, ya que 'a pesar de las múltiples presiones que ha tenido, ha demostrado criterio y lealtad al partido al que pertenece'.

En un encuentro digital organizado por el grupo Vocento, el dirigente navarro descartó convocar elecciones anticipadas en la Comunidad foral pese a que el Gobierno autonómico ya no disponga de la confianza del PP. 'Convocar elecciones de manera anticipada generaría un gasto, no sólo económico sino político, que se hace innecesario porque la estabilidad de Navarra se hace posible por el entendimiento de UPN, CDN y PSN, que representan entre los tres el 70% de la voluntad de los navarros', aclaró.

El líder navarro reiteró que la culpa de la ruptura del pacto con el PP fue de los conservadores y descartó que el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, haya tenido nada que ver.