Primera gran misión cumplida de la IX Legislatura. El Gobierno salvó sus Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2009. Justo, muy justo teniendo en cuenta la lejanía de las siguientes elecciones. El Congreso rechazó ayer las enmiendas de totalidad de PP, CiU, ERC, IU, ICV, Coalición Canaria y Unión, Progreso y Democracia (UPyD) por 177 votos. Otros 170 diputados las avalaron y uno más, Carlos Salvador, de Unión del Pueblo Navarro, se abstuvo.

Al Ejecutivo le sobraron sólo siete votos, por tanto. Podían haber sido menos, porque se ausentaron los convergentes Josep Antoni Duran Lleida –por indisposición– y Jordi Xuclà –no llegó a tiempo–. Es el menor margen de victoria que han logrado los socialistas desde 2004. En 2007 sufrieron hasta última hora, pero al final vencieron por nueve votos.

En todo caso, los 80 minutos de debate en el pleno sirvieron para algo más que visualizar la posición de los grupos que no presentaron enmienda (PNV, BNG, NaBai y PSOE). Los nacionalistas vascos y gallegos pusieron en escena un ensayo de pacto de legislatura, lo que resolvería al Ejecutivo el dilema de la estabilidad parlamentaria. Se dejaron querer. Sacaron pecho de su acto de “responsabilidad” que antaño lucía CiU. “El Gobierno no caminará solo” ante la crisis, le dijo a Solbes el portavoz peneuvista, Pedro Azpiazu. “Le ofrecemos plena colaboración”, abundó. “Estamos en política para ser útiles”, acentuó después el gallego Paco Jorquera. El vicepresidente agradeció los apoyos y les correspondió con un compromiso de futuro: “Creo que vamos a seguir trabajando codo con codo y mano a mano”.

Pese al buen tono que mostraron PNV y BNG, sus portavoces evitaron quemarse en su estrategia de aproximación al PSOE. Le trazaron sus discrepancias con los Presupuestos. “No son los mejores posibles ni los que a nosotros nos hubieran gustado”, se concedió Azpiazu. Faltan más inversiones en Euskadi, dijo, y una apuesta por el cambio de modelo productivo. Jorquera extrañó más “inversión pública” y gasto social.

Pero los números definitivos de la votación poco importaban ayer. Ya se sabía desde el viernes que el PSOE contaría con PNV y BNG. El morbo salpicaba de lleno al PP. Tras el respiro por la celebrada actuación de Mariano Rajoy el día anterior frente a Pedro Solbes, los conservadores revivían el martirio de la quiebra interna.

Se veía en la grada. Menos de veinte diputados siguieron el el debate. Salvador entró en el hemiciclo, volvió a salir e ingresó en la Cámara junto a la dirección del Grupo Popular segundos antes de la votación. Rajoy enseñaba la tensión en su rostro. Su intento de capitalizar la crisis se había esfumado en menos de 24 horas.

En pasillos, declaraciones de Salvador y Santiago Cervera, el regionalista fiel al PP. En rueda de prensa sólo compareció, y para hablar de las cuentas, un contrito Alfonso Alonso, portavoz adjunto en el Congreso. Insistió en que el Gobierno “hace dejación de funciones” en gasto social mientras carga toda la crisis en “los más vulnerables”.

Con los PGE, tarea queda: el paso en el Congreso y sortear un posible veto del Senado.

PSOE // Ruidosa intervención la de José Antonio Alonso. Dijo al PP aquello que Solbes no quiso decir, y eso escoció a la bancada popular. Rajoy, arrancó, “ha vuelto a decepcionar. Nunca un líder de la oposición había dicho tantas frases vacías y sin contenido”. No se había comportado “como hombre de Estado”. El portavoz le reprochó no detallar qué gasto recortaría de las cuentas. “Ahora quieren adelgazar el Estado y privatizar más servicios públicos”.

PNV // Azpiazu dejó patente su formación como economista. Comenzó con una pregunta de calado: “¿Puede sobrevivir el capitalismo?”. “No, no creo”, se contestó. El portavoz del PNV combatió a una “desacoplada” ministra de Ciencia y a un PP que ha hablado de las “migajas” que ha obtenido su grupo del PSOE en la negociación. “Coinciden con la izquierda abertzale”, ironizó. Se trata, para el PNV, de un “buen acuerdo”. “Ha merecido la pena”.

BNG // Francisco Jorquera explicó las dos razones del BNG para apoyar al PSOE. Primero, por “responsabilidad”, porque en un contexto de crisis “no es lo mejor” provocar una tormenta política y porque contribuiría a “fortalecer una alternativa”, la del PP, que va “en la dirección opuesta a la de los nacionalistas. Segundo, por “ser útiles a Galicia”, sin que haya “agravios comparativos a otras comunidades”. El PSOE, dijo, no está “supeditado” a las minorías.

 Nafarroa Bai // Las cuentas sufren de una “persistente falta de credibilidad”, viven “fuera de la realidad”, muestran cómo el Gobierno sigue “amarrado al antiguo régimen económico”, el de “hormigón y ladrillo”. Todo eso le dijo Uxue Barkos a Solbes. Pero no podía obviar la “profunda tristeza” que le produce la “política de sainete” de PP y UPN, con la complicidad de Zapatero: “Dejen de jugar con Navarra”. La polémica ha ocultado, reforzó, el “crecimiento trampa” en los PGE.