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El PIB de Japón se contrajo un 3% entre abril y junio, y su economía acerca a la recesión

EFE

La economía japonesa registró en el segundo trimestre del año su mayor contracción en casi siete años que la acerca peligrosamente a la recesión, azuzada por el descenso del gasto de las empresas y la caída de las exportaciones.

La Oficina del Gabinete informó hoy de que el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón se contrajo un 3 por ciento entre abril y junio en términos interanuales, su peor resultado desde el tercer trimestre de 2001 y seis décimas más de lo estimado hace un mes.

Entre abril y junio, la segunda economía del mundo cayó un 0,7 por ciento respecto al PIB entre enero y marzo, señaló hoy el Gobierno japonés al hacer pública su revisión del informe preliminar que había divulgado el pasado 13 de agosto.

Todos los indicadores fueron negativos en el segundo semestre, consecuencia, según el ministro de Economía, Kaoru Yosano, de la ralentización económica global y la subida de los precios de las materias primas.

El gasto de capital se contrajo un 0,5 por ciento, la inversión en vivienda descendió el 3,5 por ciento, las exportaciones cayeron un 2,5 por ciento y el consumo, que supone el 55 por ciento del PIB japonés, retrocedió el 0,5 por ciento.

Sólo la caída en la demanda interna "mordió" un 0,7 por ciento del PIB de la segunda economía del mundo, la contracción de la demanda externa se llevó un 0,06 por ciento y el descenso de las exportaciones sustrajo un 0,1 por ciento.

En el año fiscal 2007, que finalizó el 31 de marzo, Japón había registrado un crecimiento positivo del 1,5 por ciento, en su sexto ejercicio consecutivo de expansión económica.

Pero la fase de expansión parece haber concluido, según admiten el propio Gobierno y la mayoría de los expertos, que esperan también un resultado negativo en el tercer trimestre y, por tanto, el regreso técnico a la recesión en la economía japonesa.

El ministro de Economía volvió a pedir hoy a las empresas japonesas que suban los salarios de sus trabajadores para impulsar el consumo, algo ahora todavía más improbable debido al descenso de los beneficios corporativos.

Ayer mismo se divulgó que los pedidos de maquinaria del sector privado de Japón se contrajeron en julio un 3,9 por ciento, síntoma de que el sector manufacturero busca recortar el gasto de capital.

Los analistas señalan que la economía japonesa, aunque actualmente en una situación menos complicada que Estados Unidos o algunos países europeos, está inmersa en un círculo vicioso, sobre todo por la fuerte caída de unas exportaciones que hasta ahora habían sostenido su crecimiento.

Ante una menor demanda de sus productos por la crisis en EEUU, las empresas japonesas no invierten, recortan su producción y afrontan un escenario de beneficios más cortos.

A la vez, el consumo interno no despega ante la falta de incrementos salariales y la subida de los precios. La inflación creció en julio un 2,4 por ciento, su mayor repunte en una década en Japón, un país donde el riesgo estuvo durante una década asociado a la deflación.

Para el actual año fiscal, que concluirá en marzo de 2009, el Gobierno había previsto un crecimiento del PIB del 1,3 por ciento, pero el gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, calcula que el comportamiento de la economía japonesa seguirá siendo débil.

Los tipos de interés se encuentran en Japón en el 0,50 por ciento desde febrero de 2007, los más bajos del mundo industrializado, pero la unión de un crecimiento bajo con una inflación alta apenas ofrece margen al BOJ para modificarlos.

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