Copiar el comportamiento del ADN orgánico en un circuito inorgánico. Ésta es la base del desarrollo de un chip nanométrico diseñado por una pequeña empresa tecnológica valenciana, ThreeLlop, para recoger la información genética de una persona y permitir su identificación en cualquier circunstancia, incluso si su ADN se ve modificado, por ejemplo, tras sufrir un ataque con armas químicas.

La consejera delegada y fundadora de la empresa, Silvia Llopis, explica que la idea surgió hace ahora 10 años, tras conocerse, gracias a Leonard Adleman, que el ADN podía computar y realizar operaciones tanto lógicas como aritmético-lógicas. “Nos preguntamos por qué no podíamos llevar este descubrimiento a la industria; y eso hicimos”, explica Llopis.La compañía, fundada por tres hermanos ingenieros, diseñó un circuito copiando el comportamiento del ADN y desarrollando el llamado camino hamiltoniano, un problema matemático hoy por hoy irresoluble para las computadoras secuenciales.

El desarrollo tiene muchas aplicaciones en campos como la medicina, pero sus mayores posibilidades comerciales se encuentran en el ámbito de la identificación. Dentro de este terreno, la primera posibilidad que están explotando es la identificación en el ámbito militar.“En este campo, estamos planteándolo para hacer tarjetas de ADN, en las cuales se pondría la codificación del ADN de cada soldado. Hay que tener en cuenta que, en caso de guerra con armamento químico, el ADN del combatiente podría verse afectado. Cuando volviera, se haría una comparación entre la información de su chip nanométrico y su ADN actual para localizar exactamente dónde ha mutado su información genética”, detalla la responsable de la compañía.

Identificación de víctimas

Otra de las principales utilidades del chip en este terreno es la identificación de víctimas de una acción armada en aquellos casos en que el estado del cadáver no permitiera realizar una asignación de identidad fidedigna por medios más simples. Llopis pone como ejemplo el accidente del avión Yakovlev-42, ocurrido en mayo de 2003 en Trabzon (Turquía). En el siniestro, perdieron la vida 62 militares españoles tras estrellarse el avión en el que volvían a España. Al dolor por la pérdida de sus seres queridos, varias familias tuvieron que sumar el provocado por los errores que se cometieron al identificar los cuerpos de las víctimas.

“Con nuestro dispositivo, se hubiera podido identificar perfectamente la carga genética de cada militar”, explica la responsable de ThreeLlops.

Varios países interesados

Por el momento, los responsables de la compañía valenciana se han dirigido ya al Ministerio de Defensa español, aunque sus esperanzas se centran en la respuesta que están obteniendo de los responsables militares de varios Gobiernos “muy fuertes a nivel mundial”, que prefieren no identificar por el momento.

También esperan ponerse en contacto con los responsables del Ministerio del Interior que se ocupan del DNI electrónico “para ver si sería viable incorporar el ADN de la
persona”, cuenta Llopis.

En cualquier caso, el producto ya está desarrollado y sólo esperan la llegada de capital riesgo para afrontar la producción masiva y salir al mercado, lo que se producirá en un plazo máximo de un año.