Atesora la joven Pasionaria del PSOE las dos cualidades imprescindibles para triunfar en política: determinación y constancia.Transmite ambas al hablar, y lo hace con el mismo aplomo que si llevara años sentada en la silla del secretario de Organización, subrayando sus palabras con el dedo índice al frente o el pulgar enhiesto.
Responde como una ametralladora, sin pararse a pensar pero sin decir nada que no haya pensado antes. Lleva media vida aprendiendo la lección, desde que a los 15 años tuvo su primer carné, y casi la otra media identificada con el 'socialismo de los ciudadanos' de Zapatero, desde antes aun de convertirse en la benjamina de Nueva Vía en 2000. 'Privilegio' y 'aprender' son dos conceptos que repite sistemáticamente al evocar cada peldaño de su trayectoria.
En la misma planta y a escasos metros del que ocupa José Blanco, el nuevo despacho de Leire Pajín -antes de Óscar López- tiene el aspecto desangelado de la mudanza pendiente, pero dos ramos de flores delatan el cambio de inquilino. Es jueves y aún no ha tenido tiempo de traerse sus cosas, ni siquiera la foto con Zapatero, de las de antes de que fuera el líder.
En un rincón aguarda una maleta lista para irse de gira, la que comenzó el viernes inaugurando el congreso de los socialistas andaluces, la federación más poderosa. Zapatero le ha pedido que esté 'muy pegada al terreno' y en octubre, cuando el PSOE haya concluido su proceso de congresos territoriales, se pateará todas las agrupaciones.
Zapatero recordó a los delegados en su congreso que tiene usted los mismos años que Felipe González cuando fue elegido secretario general. ¿Aspira a tanto?
¡Já, já...! No me lo he planteado en absoluto. Pero vino bien ese recuerdo. Hemos vivido tan rápido estos años, los mejores en la historia de España, que nos hemos olvidado de cuántos tenía Felipe González cuando llegó a secretario general (31) o Joaquín Almunia (34) cuando fue ministro por primera vez.
¿Es la suya una generación dispuesta a hacer tierra quemada?
Al revés. Hemos tenido el privilegio de trabajar codo con codo con la que hizo el gran cambio de este país. Cuando llegué al Congreso de los Diputados, con 23 años, tuve la fortuna de poder aprender de personas como Pepe Griñán, Carmen Alborch, Rosa Conde... que luego hemos incorporado a nuestros equipos de gobierno. Somos una generación deudora y muy consciente de esa deuda por el país que hemos heredado.
¿El pago de esa deuda implica la jubilación anticipada?
En absoluto. En el PSOE no sobra nadie y no se jubila a nadie. Cuando decimos que este es el partido que más se parece a España, también lo es en la pluralidad de generaciones y de género. La Ejecutiva es intergeneracional, como la sociedad española.
El recordatorio de Zapatero sonó a respuesta a Ibarra por aquello que dijo de que no puede dejarse la dirección 'en manos de bebés'. ¿Se siente dolida por esa crítica?
Al contrario. Juan Carlos es uno de los compañeros de los que más he aprendido. Unos meses antes le escuché decir en una radio que yo era una de las políticas que más había aprendido en esta legislatura. Me emocionó profundamente.
¿Teme usted que, como suele decirse, intenten comérsela?
No temo nada. Soy muy consciente de la responsabilidad que tengo, sobre todo por la expectativa que se ha levantado y que demuestra que este partido es capaz de renovarse, no cuando los ciudadanos lo mandan a la oposición, sino también cuando está en el Gobierno. Ésta es otra característica que nos diferencia del PP.
El PP también ha puesto en la secretaría de Organización a una mujer. ¿Cómo lo interpreta?
Me produce una enorme satisfacción. Las socialistas hemos luchado tanto para que las mujeres llegaran a los puestos de decisión real que nos sentimos muy orgullosas de que esa lucha haya beneficiado también a los partidos de derechas, a los que combatieron aquellas medidas.
¿Ha cambiado el PSOE porque ha cambiado el PP?
Al revés. Ha cambiado el PP gracias al liderazgo del PSOE. Los ciudadanos saben que fue el PSOE el que estableció la paridad, el que formó el primer Gobierno paritario, el que apostó por una mujer de vicepresidenta... Eso ha arrastrado incluso a quienes se resistían a ese cambio.
¿Ha sido el suyo un congreso de imagen y fuegos artificiales?
Ha sido un congreso de renovación de ideas, porque hemos colocado nuevas realidades en la agenda política; un congreso útil para los ciudadanos, porque sus resoluciones ya se están poniendo en marcha, como el voto para los inmigrantes; y, además, un congreso de relevo de personas. De los congresos de otros partidos sólo sabemos que hubo divisiones, ruido de poder y versos sueltos.
¿Qué cree que influyó más en su elección: pertenecer a la federación valenciana, su procedencia de Nueva Vía, ser mujer, ser joven...?
Conociendo al secretario general y teniendo en cuenta el respaldo del conjunto del partido, creo que ha primado la consideración de que puedo gestionar esta nueva etapa de este nuevo partido.
¿En qué debe distinguirse?
Hay un aspecto que inició Pepe Blanco de forma brillante y que tenemos que seguir consolidando: modernizar este partido, desde la calle Ferraz hasta la agrupación más pequeña, que es donde está la militancia de verdad, la que pelea cada día para que nuestras ideas tengan un espacio. Además, cuando se está en el Gobierno el partido es más importante que nunca porque tenemos que ser los oídos y los ojos de una sociedad exigente y en continuo cambio. Tenemos que estar muy atentos para interpretarla bien.
¿Debe tener el partido una vida subordinada al Gobierno?
El PSOE siempre ha tenido autonomía, pero debe sonar armónicamente dentro de la misma orquesta. Siendo alguien que ha tenido el privilegio de estar en el Gobierno y en el partido, no me va a costar ningún trabajo comprender que todos somos un equipo y que cada decisión que tomemos, ya sea en la calle Ferraz o en La Moncloa, tiene que mirar siempre y sólo a los ciudadanos.
¿Será la crisis de Valencia su tarea prioritaria?
Ahora tengo muchas prioridades. Cada territorio en el que podemos mejorar la vida de los ciudadanos, es una prioridad. Obviamente, Valencia es mi federación y, además, la segunda en número de militantes. Tenemos convocado un congreso que es una gran oportunidad. Los socialistas valencianos vamos a dar un paso hacia adelante y a convertirnos en el partido que más se parece a la Comunidad Valenciana, porque lo necesita una mayoría social cuyos gobernantes no están a la altura de sus necesidades.
¿Ese paso adelante tiene nombre y apellidos?
El que decidan los militantes. Lo importante no es el nombre, que también, sino que seamos capaces de que salga un partido permeable a la sociedad valenciana y con discurso acorde a sus intereses.
Zapatero ha pedido planes de acción específicos en Valencia, Madrid, Murcia y Málaga. ¿Es el ranking de sus prioridades?
La prioridad es estar cerca de los militantes, que son el cuerpo y alma de este proyecto, y permitir que la forma de organizarnos contribuya a resolver los problemas de los ciudadanos. Aquellos territorios donde no gobernamos tendrán un apoyo explícito del PSOE y del Gobierno al más alto nivel porque sus ciudadanos necesitan una mayor atención, la que no les da muchas veces los gobiernos autonómicos que tienen.
Usted ya tenía hilo directo con Zapatero y hay quien augura que su relación con Blanco será complicada...
Es muy conocido y notorio que Blanco y yo llevamos trabajando juntos desde 2000. Más allá de nuestra amistad, tenemos una experiencia de trabajo y respeto mutuo. Poder trabajar al lado del anterior secretario de Organización es para mí una garantía de poder aprender y empezar con buen pie. Somos un equipo que va a funcionar perfectamente. Hay tarea de sobra para todos.
Chaves amagó con no volver a presentarse a la secretaría general en Andalucía, pero la renovación se ha aplazado. ¿No cree que retrasarla ahora pueda volverse en su contra más adelante?
Chaves es la mejor garantía para que el proyecto de modernización en Andalucía siga siendo una realidad. Estoy convencida de que hará, como ha demostrado en otras ocasiones, un equipo que sea garantía también de gestionar el PSOE del futuro.
Zapatero ha sorprendido asumiendo como parte del programa del Gobierno las resoluciones de su congreso. ¿No cree que la reforma del aborto es un asunto más propio del contrato con todos los votantes y no sólo con los militantes?
¿Qué clase de partido seríamos si damos la espalda a la realidades sociales? El PSOE ha demostrado siempre que lo que debate se convierte en una realidad social, y siempre lo ha hecho de forma responsable y consensuada. Quiero recordar que en 2000 debatimos sobre la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, lo colocamos en nuestra agenda de partido, lo llevamos a las instituciones, hicimos un debate, ganamos la mayoría social y lo convertimos en realidad. Así lo haremos ahora también.
Su resolución apunta a una ley de plazos, pero incluso desde el Gobierno se recuerda que hay jurisprudencia contraria del Tribunal Constitucional...
No prejuzguemos la decisión del Tribunal Constitucional. Tenemos una ley de hace 23 años y, además, una realidad espeluznante de embarazos no deseados en adolescentes. Lo que el PSOE quiere acometer en primer lugar es una verdadera ofensiva informativa y pedagógica para evitar eso. En segundo lugar, ajustar las leyes a la realidad de hoy para garantizar los derechos de las mujeres, que son irrenunciables porque nadie tiene derecho a decidir por una mujer, y proteger jurídicamente a los profesionales de la sanidad y a las mujeres, garantizando su acceso al servicio sanitario en igualdad de condiciones y su derecho a la intimidad. Esto es algo inaplazable, algo que nos demanda la sociedad.
Usted habla valenciano, euskera y castellano. ¿Qué opina de la campaña por el castellano?
Nunca he sentido ningún problema con las lenguas de este país. Yo tuve el privilegio de nacer en Euskadi y mi lengua materna es el euskera. Mis padres se trasladaron a la Comunidad Valenciana cuando tenía siete años y aprendí su lengua de forma natural. Y ojalá aprenda gallego. Es una forma de entender una España plural que todos los ciudadanos vivimos con total normalidad y mucho orgullo. Además, he formado parte del Gobierno que más ha hecho por el español. Me temo que, como sospechan muchos ciudadanos, estamos ante una nueva guerra política: durante cuatro años dijeron que España se rompía... y no pasó nada. Ahora repiten la estrategia al grito de 'se rompe el español'.
¿Qué opina de la resolución judicial contraria a retirar símbolos de exaltación de los terroristas?
Tengo un respeto profundo a las decisiones judiciales, pero tengo que mostrar mi disconformidad con esta. No me gusta en absoluto que haya una calle con el nombre de un etarra.
¿Apoya el gesto de poner a calles el nombre de víctimas de ETA ?
Me parece una magnífica idea y muchos ayuntamientos socialistas así lo han manifestado. Todo el reconocimiento, el apoyo y la cercanía a las víctimas me parecerá siempre poco.
El jueves asistimos a una nueva tragedia de inmigrantes muertos en las costas españolas. ¿Qué se puede hacer que no sea la directiva europea de retorno, que no sé si comparte...?
No podemos tolerar como país que eso vuelva a ocurrir. Tenemos la obligación ética no sólo de hacer una política migratoria ordenada y seria que garantice los derechos de las personas y la convivencia real en España, sino también de mirar al otro lado del mar, tan cercano y tan lejano en el desarrollo y en los derechos. Este Gobierno ha mirado allí más que nadie y debemos seguir mirando. Ahí está la raíz de la desesperanza y de la muerte: en la pobreza y la miseria. La Unión Europea no puede mirar hacia otro lado cuando hay hombres y mujeres que, por nacer a un lado u otro del mar, tienen derechos o no tienen derecho a casi nada. Es intolerable y lo tenemos que cambiar de raíz.
¿Qué opina de su sustituta?
Quienes conocen lo que la cooperación al desarrollo significa para mí saben que no me quedaría tranquila si no estuviera en manos de alguien con capacidad y compromiso. La conozco bien, y no sólo estoy muy tranquila, sino que todo el equipo, sin excepción, se quiere quedar con Soraya Rodríguez.
¿Te ha resultado interesante esta noticia?
Comentarios
<% if(canWriteComments) { %> <% } %>Comentarios:
<% if(_.allKeys(comments).length > 0) { %> <% _.each(comments, function(comment) { %>-
<% if(comment.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= comment.user.firstLetter %>
<% } %>
<%= comment.user.username %>
<%= comment.published %>
<%= comment.dateTime %>
<%= comment.text %>
Responder
<% if(_.allKeys(comment.children.models).length > 0) { %>
<% }); %>
<% } else { %>
- No hay comentarios para esta noticia.
<% } %>
Mostrar más comentarios<% _.each(comment.children.models, function(children) { %> <% children = children.toJSON() %>-
<% if(children.user.image) { %>
<% } else { %>
<%= children.user.firstLetter %>
<% } %>
<% if(children.parent.id != comment.id) { %>
en respuesta a <%= children.parent.username %>
<% } %>
<%= children.user.username %>
<%= children.published %>
<%= children.dateTime %>
<%= children.text %>
Responder
<% }); %>
<% } %> <% if(canWriteComments) { %> <% } %>