Los focos de la política vasca se trasladaron ayer desde el lehendakari a los nueve parlamentarios del PCTV-EHAK, cuyo voto en el pleno del 27 de junio en la Cámara vasca es decisivo para saber si la propuesta de consulta lanzada por Juan José Ibarretxe sigue su camino o se ve frenado en su primer obstáculo.

Sin embargo, los representantes de la izquierda abertzale se han mantenido fieles al guión de suspense que ya marcaron el miércoles, tras conocerse las preguntas, Tasio Erkizia y un comunicado. Es decir, ayer volvieron a dejar en el aire el sentido de sus nueve votos. De hecho, su portavoz en el Parlamento de Vitoria, Nekane Erauskin, dejó claro nada más comenzar su rueda de prensa que no iba a desvelar éste, y que la comparecencia ante la prensa tenía como único fin “opinar sobre el camino recorrido hasta ahora”.

Eso sí, Erauskin se mostró muy crítica con dicho camino y, sobre todo, con la forma de presentar el proyecto de ley para la consulta, que calificó de “trágala” por no haber intentado negociar el contenido con partidos y sindicatos. No obstante, anunció que adoptará una decisión con “responsabilidad, altura de miras y compromiso para con los derechos nacionales de Euskal Herria” antes de recalcar que “no hemos decidido en estos momentos los pasos que vamos a dar. La pelota ha estado siempre en el tejado del lehendakari”, añadieron.

Presión desde EA y PNV

Esa no es, sin embargo, la visión de los partidos que apoyan la propuesta, que ayer lanzaron esa pelota de la responsabilidad sobre el futuro del proyecto al tejado de la izquierda abertzale. Así, Unai Ziarreta, presidente de EA, aseguró que veía “muy complejo que por parte de la izquierda abertzale o de EHAK (siglas en euskera del PCTV) se diga que no a esa opción”. Más incisivo se mostró en sus declaraciones el presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, quien se mostró seguro que el partido radical abertale, “tal y como ha hecho durante toda la legislatura”, tomará su decisión de apoyo o no a la propuesta de consulta en el Parlamento vasco “valorando lo que hace más daño al PNV y al lehendakari”.

Esa es, de hecho, una de las hipótesis que desde hace días se manejan en los medios políticos vascos, conocedores del debate interno que se está desarrollando entre las bases de la izquierda abertzale sobre qué hacer ante la doble pregunta de la consulta de Ibarretxe.

Un’ sí’ con segunda intención

Casi la única razón que puede llevar al PCTV-EHAK a apoyar dentro de cuatro semanas la propuesta del tripartito es obligar al PNV a entrar en un enfrentamiento abierto con el Estado y probar hasta dónde está dispuesto a llegar. Los partidarios de este escenario creen que es la forma de jugarsela a los nacionalistas, pues están seguros de que la consulta no se celebrará y ello permitirá sacar a la luz “la cara más españolista” del partido de Ibarretxe e Iñigo Urkullu.

Sin embargo, los partidarios del voto negativo de los parlamentarios del PCTV-EHAK inciden en que apoyar la consulta sin un acuerdo previo –y el tripartito ya ha dejado claro que no va ni a negociar ni a reclamar su apoyo– sería entregar la bandera del derecho a decidir, una de las reivindicaciones históricas de la izquierda abertzale, al PNV. Y todo ello poco antes de unas elecciones autonómicas a las que saben no podrán presentarse.

Por ello, fuentes políticas vascas reconocen a este diario su temor a que ETA apueste un juego macabro: “Apoyar la propuesta en el parlamento y que sus comandos la boicoteen con atentados”.