Magdalena Álvarez y Mariano Fernández Bermejo empiezan la legislatura igual que la acabaron. Los dos ministros más polémicos del anterior Gobierno siguen recogiendo enemistades fuera y dentro de su partido. Aunque ambos sobresalen en notoriedad dentro del Gobierno, su exposición les convierte en los dos ministros peor valorados.

El caso de la ministra de Fomento es el más significativo. Sólo un 35,8% aprueba su confirmación en el cargo. La ministra suspende entre cualquier votante no socialista. Incluso entre los afines a su partido es la que más rechazos recaba, el de casi uno de cada cinco. Se debe en parte a sus resultados en Catalunya, donde sólo el 25% mantendría a Álvarez en el cargo.

En el otro extremo se sitúan los vicepresidentes, María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes, y los ministros de Defensa, Carme Chacón, e Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Situados también entre los políticos más conocidos, su fama, en cambio, proviene del buen hacer. Son los cuatro mejor valorados. La vicepresidente y el ministro de Interior incluso entre los votantes del PP.

Un caso especial es el de Carme Chacón. A pesar de ser una de las más valoradas, la tercera del Gobierno, también está entre los nuevos ministros más criticados (sólo superada por el de Miguel Sebastián en Industria). El secreto: no deja indiferente a nadie. Sólo un 16% se resiste a opinar sobre la titular de Defensa, porcentaje que supera el 30% en el caso del resto de ministros.

Un enorme porcentaje, sin embargo, ni siquiera conoce a los ministros. Un 46% no reconocía ni a la mitad de los ministros del Gabinete. Un mes después de tomar el cargo, los nuevos titulares no han conseguido hacerse un hueco en la cabeza de los votantes. Sólo un 3% asegura reconocer a los 17 ministros. Algunos, incluso, confunden cargos. José Antonio Alonso, portavoz parlamentario y ex titular de Defensa, fue nombrado de forma espontánea por más encuestados que la mayoría de los actuales ministros.