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El año cero de la ciudad del ‘Pocero’

El municipio de Seseña se enfrenta al reto de dar servicios a una población que se multiplica por seis

PANCHO TRISTÁN

Es como un futuro de ciencia ficción, pero en presente y en Castilla-La Mancha. Allí, en el medio del secarral, en el municipio de Seseña, encima de la arena, se levanta una ciudad de 13.508 viviendas repartidas en edificios de siete alturas. Entre los edificios hay parques, lagos, hay amplias avenidas. Y hay una escultura inmensa que recibe al visitante con una leyenda: Residencial Francisco Hernando.

Lo que no hay todavía es demasiada gente. Apenas están comenzando a entregar los pisos. Dice el alcalde de Seseña, Manuel Fuentes, de Izquierda Unida y candidato al Congreso, que ya hay unos 500 nuevos vecinos empadronados en este arenal con edificios . Comenzaron a llegar en septiembre. Y así comenzó el fenómeno por el que Seseña, que sólo tenía unos 13.000 habitantes, podría cuadruplicar su población. Son 13.508 viviendas las que promueve El Pocero en el conjunto residencial que
lleva su nombre.

Uno llega a allí y se encuentra con la nada. Y un nombre por todas partes: ONDE 2000. ONDE es el acrónimo de Obras Nuevas de Edificación 2000, la empresa que está promoviendo el conjunto de más de 80 edificios. Uno avanza por avenidas inmensas que tienen nombre de figurón de la historia universal del arte: El Greco, un suponer, y que no se diga que no puede haber cultura sobre un secarral. Y de pronto se encuentra una glorieta con una estatua y, de fondo, cuatro banderas: la de la comunidad, la española, la europea, y la de ONDE 2000. Quizás un día alguien estudie todo esto como el peculiar momento de la Historia en el que los españoles redescubrieron, tanto tiempo
después, lo que era tener pasta.

No hay ni un alma por las calles, no hay rastros de orden ni de desorden en las ventanas. Hay un bar -uno- y una empresa asentada en los bajos de sendos edificios. Ahí es todo. Y, en una esquina, lejos de las viviendas, la oficina de ONDE 2000. Por unos 206.000 euros te venden un piso de unos 80 metros cuadrados -dos habitaciones-ya construido. Un primer piso, claro. Dicen en la oficina de ventas de ONDE que todavía quedan suficientes por vender, y que el ritmo de las ventas se ha ralentizado desde que comenzó a enfriarse la burbuja inmobiliaria. Y que todo está bien y es idílico y es maravilloso en el residencial Francisco Hernando, a 'media hora' de Madrid por un vial de alta capacidad. El colegio ya está funcionando', dice la vendedora.

Funcionando ya el colegio, sólo falta que funcione todo lo demás. Lo dice el alcalde, Manuel Fuentes. Admite, Fuentes, que su principal problema como alcalde es cómo proveer de servicios a todos esos vecinos que van a llegar en masa, y que están además lejos del pueblo, de la Seseña de siempre, un pueblo de 3.000 viviendas.

Sostiene Fuentes, al frente del municipio desde 2003, que un modelo de desarrollo como el que heredó para su gestión en Seseña no es válido. Y enumera problemas: 'Los nuevos vecinos necesitan una serie de servicios como infraestructuras y viales, que no podemos darles'. Y dice más: 'Aunque tratemos de darle cohesión al municipio, resulta muy difícil. Los que llegan nuevos vienen de otra comunidad autónoma -Madrid- y tienen su vida, casi siempre, en Madrid'.

En la calle sigue sin haber ni un alma. Tan sólo aparece un camión de mantenimiento de ONDA 2000, la empresa madre de este planeta secarral del que quizás habríamos abominado si Naranjito, en tiempos de Quini, nos lo propone como opción de futuro.

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