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José Ignacio García (Adelante Andalucía): "El andalucismo de Moreno caduca como los yogures"

El diputado andaluz, que sustituye a Teresa Rodríguez en el escaño, asegura en esta entrevista con Público que el andalucismo del presidente de la Junta se terminará en el justo momento en que el PP gobierne en Madrid e insta a hacerle oposición a Moreno "con un poquito de más rabia": "Hay que dejar de asumir que es buena gente: representa al 0,1% de la población, a la que le ha quitado el impuesto de Patrimonio".

José Ignacio García, diputado de Adelante Andalucía.
José Ignacio García, diputado de Adelante Andalucía.

José Ignacio García, diputado de Adelante Andalucía, llega con ganas al Parlamento autonómico. Es su segunda vez, después de que la legislatura pasada regresase al instituto público en que trabaja, tras ser expulsado, junto a Teresa Rodríguez, del grupo que ambos compartían con IU. García asume ahora la tarea de relevar en la Cámara a la carismática portavoz de Adelante Andalucía. Ha desembarcado con brío y con ganas de hacer oposición al Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla, que tiene mayoría absoluta. 

Hasta ahora, nadie ha sido capaz de hincarle el diente al presidente. García considera que la izquierda tiene que "dejar de asumir que Moreno Bonilla es buena gente". "A partir de no asumirlo nosotros mismos, porque no lo es, vamos a empezar a hacerle oposición. Moreno Bonilla es el presidente que representa al 0,1% de la población, a la que le ha quitado el impuesto de Patrimonio. Hay que empezar a hacerle oposición con un poquito de más rabia", afirma en esta entrevista con Público.

Sobre el repentino abrazo a la bandera andaluza del PP y de Moreno, García considera que tiene "fecha de caducidad, como los yogures". "Termina en el momento en que gobierne el PP en Madrid. En ese momento bajan la bandera la doblan y la meten en un cajón y se le acaba. No es andalucismo, es un regionalismo conservador con el que quieren asociar Andalucía a las tradiciones más casposas y a las políticas más injustas. Andalucía a ojos de la inmensísima mayoría de la población está llena de otro significado radicalmente diferente: derechos". 

¿Cuál es el análisis de situación que hace? ¿Por dónde soplan hoy los vientos de la coyuntura? ¿Son buenos tiempos para el andalucismo?

A mí lo que me preocupa es que son malos tiempos para la clase trabajadora en Andalucía. Para la gente normal y corriente. Son malos tiempos porque a nivel político hay un avance social de la derecha, me importa menos que sea un avance electoral, que también, pero es un avance sociológico. Las preguntas que se hace la gente en las conversaciones y la respuesta que se le dan a esas preguntas cada vez incorporan más la forma de ver el mundo de las derechas. Y en las izquierdas, la izquierda del Gobierno hace un reformismo sin reformas. No hay prácticamente ninguna bandera que levantar ante las derechas. Creo que las políticas del Gobierno o se han quedado a medias o son insuficientes o no le interesan a la gente y eso es un problema, porque necesitamos una alternativa política que no sea siempre la desesperanza y la claudicación ante lo posible.

Aterrice esa idea ¿Cómo se traduce?

Tenemos los las cifras de desempleo más altas del Estado y prácticamente de Europa. Los datos de la inflación son enormes. Hoy mismo leía el dato de que la inflación en los productos alimenticios es de un 17%. Hay gente que no puede comer fruta y verdura fresca a la semana. Hay gente que no puede pagar los alimentos más básicos, la vivienda nos ahoga. Todo esto en Andalucía se multiplica por dos, porque a las condiciones de desigualdad de clase se suma la desigualdad territorial. Si se analiza los barrios más pobres, se analizan los datos de desempleo, la falta de infraestructuras siempre Andalucía está la cabeza. El andalucismo es la respuesta es esto.

Defina Adelante Andalucía y el proyecto que plantea a la ciudadanía andaluza.

La propuesta de Adelante Andalucía es entender que aquí se conjugan la desigualdad de clase y la desigualdad territorial. Son las dos caras de una misma moneda. Hay que dar respuesta a la cuestión de clase y a la cuestión de por qué Andalucía, por qué los andaluces y las andaluzas tenemos menos posibilidades que el resto de personas que viven en el Estado.

Hace falta autoestima colectiva en Andalucía. Hace falta creernos que las cosas pueden ser de otra manera y que si vivimos en una situación en la que la mayoría de los andaluces tienen menos oportunidades que el resto, esto no ha caído del cielo. Esto es fruto de unas políticas concretas que hay que atacar y eso pasa por un proceso de movilización y de creernos que las cosas pueden ser diferentes.

¿Cómo? Con un cambio en las políticas de empleo. Hace falta industrializar Andalucía y hacerlo de una manera social y medioambientalmente responsable. Hace falta cambiar la política fiscal. Hace falta una revolución fiscal en Andalucía y en el resto del Estado para que los que más tienen paguen más y para que no siempre agujereemos lo público y después nos digan que no hay recursos para los servicios públicos. Hace falta una revolución de los cuidados: poner la vida en el centro. Atender a lo que está planteando el movimiento feminista, que nos dice que las vidas son insostenibles. El ritmo, el sistema hace insostenible la vida y eso hace que recaiga  todo sobre la espalda de las mujeres. Y hace falta la revolución en los en los servicios públicos que ahora mismo están… Posiblemente estamos viendo una sanidad peor que nunca y en Andalucía peor que en el resto del Estado, porque Andalucía es la segunda Comunidad Autónoma que menos invierte en sanidad de todo el Estado.

Usted es profesor de la pública. ¿Está la escuela pública protegida en estos tiempos? ¿Existe ese consenso social al respecto?

Yo creo que la derechización social o sociológica está afectando a la escuela y la escuela debería ser una isla y un motor de transformación de la sociedad. Pero desde la administración, y ahí meto al Ministerio y a la Consejería, cada vez se protege menos a los profesores que quieren hacer que la educación sea un elemento de transformación social. Por ejemplo, vemos como llega el mes de noviembre en el que desde hace ya más de 10 años se celebra el día contra la violencia machista y se trabaja en protocolos contra la violencia machista e intentamos educar en igualdad y llega la Consejería y no solo no lo promociona, sino que deja de lado cada vez más a los profesores y a las profesoras que intentan trabajar esos temas. Yo creo que la derechización social o sociológica, está siendo aprovechada por la Consejería para cargarse los elementos más transformadores que tiene la educación.

Hace poco el escritor Arturo Pérez Reverte se refirió a usted en Twitter por un comentario suyo sobre la Toma de Granada. ¿En qué quedó ese asunto?

Acabó con unos cuantas decenas de miles de troles de extrema derecha bombardeándome el Twitter durante unos cuantos días. Lo más llamativo es que utilicen a la escuela pública para atacarnos, como si la escuela pública fuera algo exclusivamente de izquierdas. La escuela pública es de lo más heterogénea, de lo más plural, lo que pasa es que tiene una principal característica: que es un elemento que si se utiliza bien puede acabar con la desigualdad y eso les fastidia muchísimo. Por eso le tienen tanta manía a la educación pública desde la extrema derecha, porque ellos representan a los intereses de una minoría rica y privilegiada y la escuela pública quiere acabar, no con esa minoría rica, sino con la desigualdad y les molesta. Me sorprendió que Pérez Reverte de todas las cosas con las que podía atacarme me atacó con que fuera profesor de la educación pública.

¿Qué cree que quería decir con eso?

Bueno, lo que quería decir es que los profesores de la educación pública somos como una especie de incultos, que no estamos suficientemente formados y que nos dedicamos a adoctrinar. En la educación pública solo hay un tipo de profesores que adoctrinan, que son los profesores de religión. Son los únicos que adoctrinan y son los únicos que no seleccionan la Consejería o el Ministerio. A mí lo que me sorprende es que en su concepto de España quieren ignorar y tapar los casi ocho siglos de Cultura de Al-Ándalus. Me sorprende la poca capacidad que tienen para incorporar eso como otra cultura más que ha conformado nuestra identidad, especialmente en Andalucía. Una entre varias. Evidentemente no es la única, pero eso dice mucho del concepto de España tan chiquitito que tienen. Ellos tienen una España en la que no cabe la cultura de Al-Ándalus pero es que en realidad tampoco caben las personas LGTB y tampoco caben las personas de izquierda y tampoco cabe el feminismo y tampoco caben los elementos más progresistas de la cultura. En realidad es que en su España solo caben ellos.

Volviendo al terreno parlamentario. Le ha tocado sustituir a Teresa Rodríguez, una persona con carisma ¿Cómo se plantea hacer eso?

Lo importante es que yo no sustituyo a Tere como líder de Adelante. Ella va a seguir siendo la líder de Adelante Andalucía y va a seguir siendo la portavoz de Adelante y ahora lo va a hacer desde su instituto. Con ello, gana  también mucha credibilidad el proyecto porque cumplimos las promesas. Yo sustituyo a Teresa solo en el Parlamento.

Se han cambiado los papeles. Ella vuelve al instituto y usted sale del instituto.

Exactamente. Yo vengo directamente del instituto. Acabé el trimestre y ella ha empezado.

¿Le ha dado pena dejar a los chavales?

De hecho ayer recibí un mensaje por la noche de un chaval con necesidades educativas especiales que me escribió un mensaje y me emocionó. Sí. Lo echo de menos, lo echo de menos. Pero tengo la seguridad de que esto va a ser una cosa temporal. Para mí la política es un servicio, como una especie de voluntariado. Hay miles de personas en Andalucía que hacen voluntariado o participan en asociaciones, participan en sindicatos o en cofradías y dedican su tiempo a veces con más fuerza, a veces con menos fuerza. Bueno pues para mí la política es eso, es una forma de voluntariado. 

Habla de voluntariado ¿Debe estar remunerada la actividad política?

Debe estar remunerada en parte. Lo que pasa es que solo hacemos política de manera remunerada una parte de los que hacemos política. La mayoría de los militantes y de dirigentes de adelante Andalucía tienen sus trabajos. Para que la política no se reduzca solo a la gente que lo hacemos de forma remunerada tiene que haber limitación de mandato. Yo voy a dedicar una parte de mi vida a esto y después volveré a mi puesto de trabajo y seguiré militando como cualquier voluntario.

Pero esa concepción de la política como voluntariado ¿a dónde lleva?

[La remuneración de los cargos públicos] es una demanda del propio movimiento obrero en el Reino Unido. Se planteaba eso como una garantía de que no solo los que tuvieran tiempo libre, que eran los ricos, pudieran hacer política. Creo que los cargos públicos tienen que estar remunerados pero con dos cambios. Uno: tiene que haber limitación de mandato. Y dos: el sueldo tiene que parecerse al salario medio de la gente a la que se representa, porque si vivimos de manera muy diferente a la gente que representamos la conciencia cambiará porque tú no puedes vivir de una forma radicalmente diferente a como piensas. Creo que esas cosas están mucho más ligadas de lo que nos creemos.

¿Qué actividad quiere desarrollar en el Parlamento, qué quiere hacer?

Quiero sobre todo conectar el Parlamento con la vida real de la gente. Intentar hablar menos de politiqueo y más de las preocupaciones de la mayoría de la gente de Andalucía. Creo por mi experiencia en la anterior legislatura que la mayoría del tiempo aquí se habla de cosas que no interesan a prácticamente nadie. Y además se habla con unos planteamientos demasiado fríos, demasiado distantes a la mayoría de la gente. Creo que esa debe ser nuestra labor: intentar conectar con las preocupaciones y darle luz a esas preocupaciones y donde se esté produciendo una injusticia, plantear una alternativa. Nosotros aquí, simplemente vamos a hacer voz de esa alternativa política que donde se tiene que fraguar es  fuera.

¿Piensa es coger el coche, ir por las provincias, callejear?

Ayer estuve en Algeciras, mañana voy a Málaga, el martes a Jaén, el jueves a Granada. Mi papel no va a ser estar aquí sentado ni aquí metido. Mi papel y nuestro papel va a ser intentar están todas las comarcas de Andalucía. Nosotros tenemos sólo dos diputados. Y nosotros entendemos que yo no soy diputadoa por Cádiz ni Maribel Mora es diputada por Sevilla. Tenemos dos diputados por Andalucía.

Ahora vienen elecciones municipales. ¿Por qué a la izquierda le ha resultado en esta etapa e históricamente tan difícil aparcar sus diferencias cuando en realidad no son tantas?

Nosotros no somos un partido solo para presentarnos a las próximas elecciones. Yo creo que ahí en la izquierda estamos todos hartos del siguiente nombre nuevo que nos vamos a inventar. Nosotros somos una fuerza política que quiere construirse en todo el territorio. A lo mejor no con un crecimiento exponencial, pero sí con un crecimiento pausado y sobre unas bases sólidas. Para eso no nos pensamos para las próximas elecciones, nos pensamos para las próximas décadas, para las próximas generaciones. Los problemas son tan profundos a nivel de clase y a nivel de territorio que no se arreglan con unas elecciones ni con dos ni con tres, sino con un proceso de empoderamiento popular que va a durar décadas.

Estamos empezando el camino. Nos pensamos a largo plazo. Tenemos un recorrido largo: representamos una izquierda andalucista, independiente del PP y del PSOE. Y eso ahora mismo sólo lo representa Adelante Andalucía. En la necesidad de defender Andalucía gobierne quien gobierne solo está Adelante Andalucía y en la necesidad de que haya una crítica de izquierda que presione al gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias solo está Adelante Andalucía y eso lo vemos imprescindible en este momento porque si no ahora mismo ¿qué es lo que pasa? que toda la crítica el gobierno se la está comiendo a la derecha.

Entonces no estamos agobiados con toda esa amalgama de acuerdos de ese acuerdo y peleítas entre políticos de las que nosotros ya nos hemos salido. Ahora bien, podemos llegar a acuerdos sobre cuestiones concretas. Yo estoy deseando que empiece la actividad parlamentaria y estoy seguro que con los diputados de Por Andalucía estaremos de acuerdo con muchas cosas. Presentemos iniciativas conjuntas, golpeemos conjuntamente a la derecha, pero cada uno desde su independencia de proyecto.

Pero ¿Por qué le cuesta tanto a la izquierda unir fuerzas?

Primero no hace falta estar en el mismo partido para coordinarnos y actuar conjuntamente. Creo que eso es importante, aunque indudablemente en la izquierda en la última década en España se ha demostrado una enorme dificultad para respetar la democracia interna. Pero eso ya pasó. Nosotros entendemos que ahora mismo para poner los problemas de Andalucía encima de la mesa hace falta un partido netamente andaluz. Andalucía tiene una serie de problemáticas, las clases populares andaluzas tenemos una serie de problemáticas que son diferentes a cómo se dan en otros lugares del Estado.

Eso después nos puede permitir llegar a acuerdos, coordinarnos, presentar iniciativas conjuntas y enfrentar a la derecha conjuntamente, pero cada uno desde la independencia. Eso desde un partido 100% andaluz porque en las cuestiones prácticas cuando lleguen políticas que perjudiquen claramente a las clases populares andaluzas, si nosotros pertenecemos a un partido otra vez estatalista, van a relegarnos por los intereses de otros, que normalmente no son los intereses de otros pueblos: son los intereses políticos económicos de los que mandan en otro sitio.

Hace falta un partido que por una vez sea 100% de las clases populares de Andalucía. Esta reflexión es la misma reflexión que ha hecho el movimiento feminista a lo largo de décadas y siglos. Es la misma reflexión que hizo el movimiento obrero en su momento y por lo que se crearon partidos, organizaciones y sindicatos propios. Hay una problemática específica y necesitamos herramientas propias.

En el Ayuntamiento de Cádiz ¿es usted partidario de una alianza con otras fuerzas de izquierdas con la idea de proseguir con el proyecto?

En el Ayuntamiento de Cádiz vamos a liderar una candidatura de Adelante Andalucía donde la política la va a marcar Adelante Andalucía y el programa lo va a marcar Adelante Andalucía y si hay acuerdos con Ganar Cádiz, que es un partido municipal lo vamos a ver la próxima semana.

¿Y su opinión personal?

Es que mi opinión personal no importa.

¿Cómo se le hace oposición a Moreno Bonilla? ¿Tiene alguna responsabilidad la izquierda en su éxito?

Sí, la tenemos. Lo primero, y esto un toque de atención a nosotros mismos, es dejar de asumir que Moreno Bonilla es buena gente y a partir de no asumirlo nosotros mismos, porque no lo es, vamos a empezar a hacerle oposición. Moreno Bonilla es el presidente que representa al 0,1% de la población, a la que le ha quitado el impuesto de Patrimonio. Hay que empezar a hacerle oposición con un poquito de más rabia, porque Moreno Bonilla es el presidente que hace que en nuestro centro de salud no nos den cita. Lo primero es entender que Moreno Bonilla es el responsable del sufrimiento de la inmensa mayoría.

Segundo, creo que tenemos que ser conscientes de que el rodillo parlamentario de Moreno Bonilla no representa el rodillo social y sociológico. Cada vez se les resquebraja más y se le ven más las costuras en los temas que le importan a la gente: la sanidad, la educación, la dependencia, la inflación. En esos temas cada vez más gente hay mosqueada con Moreno Bonilla. Desde la izquierda tenemos que saber leer eso y saber proponer alternativas.

Adelante Andalucía puede ser la única oposición. El PSOE no tiene nada que ofrecer después de 37 años con una política muy parecida en muchos casos a la del PP y hay una izquierda que está en su interna. Nosotros podemos mirar de cara a Moreno Bonilla y y plantear una alternativa. Nosotros tenemos las manos libres para criticar al Gobierno de Madrid y al de Andalucía. Eso no lo puede hacer nadie más del espectro político andaluz.

Este Gobierno piensa solo en una minoría. La consejera de Sanidad se permitió el lujo de decir que en Andalucía a ningún profesional sanitario se le hacía un contrato por menos de seis meses. Eso es mentira, o sea, literalmente mentira y esa señora lo ha dicho lo ha dicho y se ha quedado tan pancha. Hay que enseñarle un poco los dientes al gobierno de Moreno Bonilla si queremos que en algún momento la derecha deje de gobernar aquí.

El presidente se ha abrazado a la bandera andaluza. ¿Este andalucismo se parece al suyo?

Ese andalucismo tiene fecha de caducidad, como los yogures. Termina en el momento en que gobierne el PP en Madrid. En ese momento bajan la bandera la doblan y la meten en un cajón y se le acaba. No es andalucismo, es un regionalismo conservador con el que quieren asociar Andalucía a las tradiciones más casposas y a las políticas más injustas. Andalucía a ojos de la inmensísima mayoría de la población está llena de otro significado radicalmente diferente: derechos. Andalucía es que haya un colegio en cada barrio. Andalucía es que el centro de salud te atienda. Andalucía es la dependencia. Andalucía es el avance social. Andalucía es defender nuestra forma de hablar. Andalucía es tener una tele pública de calidad, medios de comunicación que hablen en andaluz por Andalucía y desde Andalucía, que tanta falta hace. Eso es Andalucía para la inmensa mayoría de la población. El PP está intentando resignificarlo, pero ahí van con décadas de retraso y no lo van a conseguir.

Diga tres problemas de Andalucía y las soluciones que ofrece Adelante Andalucía.

Hay dos temas centrales ahora mismo, empleo y vivienda. Además, Andalucía está sin industria y nos quitan Airbus. O sea, es como la desindustrialización radical de Andalucía. Hace falta una industrialización pública con mecanismos de participación de los propios trabajadores y que respondan a las nuevas necesidades que además tienen salida económica, como todo lo que es la transición energética.

También estamos convirtiendo los centros de las ciudades en una especie de parques temáticos para los turistas y cuando los centros de las ciudades sean parques temáticos no van a venir ni siquiera los turistas. Si no vive la gente si no hay vida real nadie quiere ir a eso.

Después hay una cosa que me preocupa a la que le estoy dando muchas vueltas últimamente que es la cuestión de de la salud mental. En Andalucía tenemos una tasa de suicidios superior a la media española. Siempre en Andalucía nos creemos que como vivimos muy bien y tenemos sol y playa, la gente vive bien, pues no. Tenemos una tasa de suicidio superior. Está estudiado que cuando hay crisis económica aumentan los suicidios. Si hacemos un análisis de los informes por comarca se ve perfectamente que allí donde hay peores condiciones económicas, hay mayor tasa de suicidio. Y no hay ningún tipo de respuesta por parte de ninguna administración. Tenemos una sociedad cada vez más medicalizada sin tiempo para el descanso, sin tiempo para el ocio y más infeliz. ¿Qué hay más importante que la felicidad de la gente? Ese es el gran tema que tenemos que abordar.

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