Público
Público

Pere Aragonès abandona la primera línea de la política

El hasta ahora president de la Generalitat comparece tras la debacle de Esquerra Republicana el 12M y anuncia que no recogerá el acta de diputado, pero desliza que no está en los planes de la formación investir a Illa.

Aragonès Junqueras
Pere Aragonès y Oriol Junqueras, durante la noche electoral. David Zorrakino / Europa Press

Pere Aragonès anuncia que abandona la primera línea de la política tras los malos resultados que obtuvo Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en las elecciones catalanas de este 12 de mayo. El líder republicano, hasta ahora president de la Generalitat, ha explicado que ha dado pasos hacia adelante cuando la ciudadanía lo ha demandado y que, en este punto, vuelve a hacerlo, aunque en sentido contrario. "Ha sido un honor ser presidente de la Generalitat de Catalunya".

El dirigente ya avisó, en la noche del domingo, que sería necesario evaluar "responsabilidades individuales y colectivas". Las individuales no han tardado. Aragonès ya ha confirmado que se marcha. "Esta mañana he comunicado a la Permanente Nacional mi decisión de no tomar el acta de diputado, no formaré parte del próximo Parlament de Catalunya", ha dicho. Está por ver cuáles son las otras responsabilidades, las colectivas, y de qué manera se negocian.

Era de esperar que se tomaran decisiones más o menos rápidas tras el descalabro de Esquerra, pero existía la incógnita acerca de si sería esta misma mañana cuando Aragonès anunciara su dimisión. "Honestidad y responsabilidad son los dos valores que inspiran y han inspirado mi actuación política", ha apuntado. El político, que fue investido president en mayo de 2021, ha explicado que continuará trabajando por el bien de Catalunya y de su formación desde otro ámbito.

"En las próximas semanas", ha continuado, "centraré mis esfuerzos en facilitar la transición desde un gobierno en funciones, hasta que haya un nuevo presidente de la Generalitat". Para eso, en cualquier caso, harán falta pactos y ERC, pese a los malos resultados, es una pieza absolutamente fundamental para que Salvador Illa (PSC), ganador de los comicios, pueda optar a la presidencia. También lo es en la aventura de Carles Puigdemont, que ha anunciado que tratará de lograr una mayoría amplia, a pesar de que los números se le quedan cortos.

Sin embargo, Pere Aragonès ha insistido en una idea: "Aceptamos nuestro papel en la oposición"; "son PSC y Junts quienes han ganado las elecciones, les corresponde a ellos entenderse". 

Aunque es cierto que el hasta ahora president ha deslizado que ERC será un "elemento de desbloqueo", también ha dicho que su formación "no estará para facilitar una investidura de Illa" y tampoco para participar de un acuerdo entre PSC y Junts per Catalunya. Teniendo en cuenta los números, la gobernabilidad de la autonomía parece más difícil tras la comparecencia de Aragonès, que antes de ella.

Una cosa es la aritmética y otra la política. Eso es, en resumen, lo que ha venido a decir el todavía líder republicano. El resultado de las elecciones habilita a Illa para tratar de lograr su investidura y a Puigdemont para agotar sus posibilidades. Sin embargo, con una ERC fuera de la ecuación —así lo ha sugerido Aragonès—, todos los caminos se complican si no es que desaparecen.

Mucho trabajo en clave interna

Pero pensar en los pactos es solo parte del trabajo que tienen en ERC. Casi igual de inmediato para la formación es reflexionar acerca las razones que han llevado a casi 180.000 catalanes a retirarles su confianza. Por eso, Aragonès ha explicado que otra de sus tareas antes de retirarse de la política institucional será "facilitar una transición en Esquerra desde el rol de coordinador nacional para cerrar el ciclo electoral de malos resultados y contribuir a abrir un nuevo ciclo de crecimiento". No ha especificado mucho más, pero parece difícil creer que la renuncia de Aragonès sea la única consecuencia de la derrota.

Los 13 escaños que perdió este domingo ERC —se ha quedado con 20, muy lejos de los 35 de Puigdemont o los 42 de Illa— han obligado a Aragonès a marcharse, aunque ha sacado pecho por dejar "una Catalunya mejor", con "récord en inversiones", "más feminista" o con la producción audiovisual en catalán más abundante de la historia. De todos modos, el dirigente no se ha escondido y ha reconocido que no ha sido suficiente para lograr un buen resultado electoral. Se espera movimiento, más pronto que tarde, en la organización.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias