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Estreno de 'Drive My Car' El desafío de Ryûsuke Hamaguchi a la trivialidad

Botín de premios para el cineasta japonés, por 'Drive My Car', adaptación de un relato de Murakami entrelazado con 'Tío Vania' de Chejov, donde se enfrenta con éxito al reto de vivir. Para una mayoría de críticos, una de las mejores películas de los últimos años.

03/2022 Ryusuke Hamaguchi
Imagen de Ryusuke Hamaguchi. Elástica Films

Sumidos en un profundo dolor, el dolor de la pérdida, o abatidos por la temible culpa, ¿cómo encontramos la esperanza? Antón Chejov aventuró en su soberbio Tío Vania que la solución al inmenso reto de vivir era seguir trabajando. El cineasta Ryûsuke Hamaguchi comparte su respuesta a este interrogante, que ha encontrado en la hondura de las palabras del dramaturgo ruso y del escritor japonés Haruki Murakami, y en la verdad que éstas contienen, en su película Drive My Car.

Adaptación de un relato corto de Murakami, extraído del libro Hombres sin mujeres (Tusquets), en el que la narrativa del escritor japonés se entrelaza con las palabras de Tío Vania, la película es la reconfirmación de la destreza emocional de este cineasta. Acostumbrado a moverse, desde una apariencia de liviandad, por los rincones más recónditos de la intimidad del ser humano, su obra ha ganado la batalla a la futilidad, la jactancia y la vanidad de buena parte del cine moderno. Y ha sido esa singular sustancia Hamaguchi la que le ha llenado la bolsa de premios con su más reciente película.

Memoria y confusión

Presente en la pasada edición del Festival de San Sebastián con ésta y su anterior película —La ruleta de la fortuna y la fantasía— el cineasta explicó que en esta última "quería introducir algo más experimental y arriesgar. Y pensé que si funcionaba podría luego aplicarlo a Drive My Car". Así, desde esa aventura se lanzó a rodar esta adaptación del cuento de Murakami, cuarenta páginas narradas en 179 minutos —todo ellos, sin excepción, disfrutables—, en los que bucea por asuntos esenciales como la culpa, el perdón, la desesperanza o el amor, y por otros que pertenecen a la ambigüedad del ser humano, como la reinterpretación del amor desde la memoria o el doloroso proceso de la confesión.

Narrado en orden cronológico, frente al pasado que maneja en su texto Murakami, Hamaguchi presenta a Yusuke Kafuku, un actor y director de teatro, incapaz de lidiar con la muerte de su esposa, que ahora se esfuerza por superar su dolor y por recuperarse como actor y para ello acepta dirigir un montaje de Tío Vania en Hiroshima. Allí le asignan a Misaki, una mujer como chófer, una joven que busca en este trabajo redimirse del accidente que terminó con la vida de su madre.

03/2022 Hidetoshi Nishijima
El actor Hidetoshi Nishijima es el protagonista. Elástica Films

Conversaciones profundas

Las confesiones íntimas entre ellos, dentro de un Saab 900 rojo (en el relato es amarillo), no llegan pronto. Antes los dos han escuchado una y otra vez los diálogos de Tío Vania que la mujer de Kafuku grabó dejando en silencio las palabras que debía decir él. En la oscuridad del coche, en medio de la carretera iluminada en la noche, escuchan las voces de Chéjov, "mi vida está perdida", y tras ellas y por ellas surgen poco a poco las confidencias. Las historias que su mujer, guionista, inventaba en pleno acto sexual —"captaba el hilo de una historia desde el borde del orgasmo"—, y que luego olvidaba. La decisión de que el actor principal de su obra sea un actor que fue el amante de su mujer… "Esa mujer no merece el perdón por ella", estalla la grabación en el coche.

"Un motivo por el que quería hacer una película basada en el relato de Haruki Murakami es Kafuku y Misaki y las interacciones entre estos dos personajes tan intrigantes. Todas ellas tienen lugar dentro del coche —escribe el cineasta en las notas de producción de la película—. Esas charlas me recordaron conversaciones profundas que he tenido que solo surgen en ese espacio tan íntimo y en movimiento. Al estar desplazándose de manera constante, no estás realmente en ningún lugar, y a veces ese espacio nos ayuda a descubrir aspectos de nosotros mismos que nunca hemos mostrado a nadie o pensamientos que no sabíamos cómo verbalizar".

03/2022 Hamaguchi
Una secuencia de la película de Hamaguchi. Elástica Films

La certeza de la incertidumbre

Pensamientos y confesiones que dominan con desasosiego nuestra vida. "Creo que la verdad, sea la que sea, no da tanto miedo como la incertidumbre", dice la joven y bella Yelena de Tío Vania. Y Hamaguchi la contesta con Drive My Car, donde manifiesta que solo existe la certeza de la incertidumbre. La vacilación que también asiste a los actores del montaje teatral de Kafuku, interpretado en distintos idiomas, y a los que el director quiere enseñar a escucharse a sí mismos. Sin embargo, es Takatsuki, el actor-amante, el que abre los ojos del personaje: "Si uno desea ver en serio a los demás, no le queda más remedio que observarse en profundidad, de frente, a sí mismo".

Todos los personajes de Drive My Car expresan dolor, todos intentan superarlo, rehacerse y encontrar la esperanza para seguir viviendo. El experimento de La ruleta de la fortuna y la fantasía funcionó y solo unos meses después de conquistar en Berlín el Gran Premio del Jurado por aquella película, Hamaguchi se alzó en el Festival de Cannes, por Drive My Car, con los Premios al Mejor Guion y el FIPRESCI que concede la crítica internacional. Preseleccionada para los Oscar, recientemente ha añadido al botín de galardones el Globo de Oro a la Mejor Película de Habla No Inglesa, y es la primera película japonesa que gana este premio en 62 años; y los premios más importantes de la Asociación de Críticos de Los Ángeles (Película y Guion), la Asociación de Críticos de Chicago (Película Extranjera), la Asociación de Críticos de Boston (Película, Dirección, Actor y Guion) y de los Premios Gotham (Película Internacional). Lo que indica claramente que, al menos en el circuito profesional del cine internacional, se viven muy buenos tiempos para la lírica.

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